A dos centimetros de ti

Baila como si nadie te mirase, ama como si nadie te hubiese hecho daño antes, canta como si nadie te pudiese oír, vive como si el cielo estuviese en la tierra.

Me encantaba verla reírse con ganas. Tenía dos clases de risa: una era la típica risita tonta y la otra una risa a carcajadas, con la cabeza echada hacia atrás. Si tuviera un solo objetivo en la vida, sería hacerla reír a diario

Los nuevos comienzos están sobrevalorados.
Ya lo sé, Jamás entenderé por qué la gente le da tanta importancia al 1 de Enero. Tuvieron trescientos sesenta y cuatro días para cambiar.
O para empezar de cero.
O para ponerse a dieta.

Bueno, si ninguno de los dos sale con nadie, podríamos asistir juntos a los bailes y eso. ¿Por qué no? De todas formas, todo el mundo da por supuesto que somos pareja.

Es lo malo de hacerte amigo de una chica. A veces son tan complicadas… O sea, ¿tenía que adivinar lo que le pasaba? ¿No podía darme alguna pista?

Ambos habíamos cometido errores y nos habíamos negado a dar nuestro brazo a torcer, pero debíamos seguir adelante bien cerca el uno del otro.

Estaba furiosa. Enfadada con el mundo. ¿Y cómo no estarlo? Me habían arrebatado a la persona más importante de mi vida sin ninguna explicación.

Me había mentido a mi misma muchas veces a lo largo de los años. Y mi mentira favorita era .

En vez de ser una necesidad, me había convertido en un estorbo.