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Norma nos muestra la vida de Marcos de adolescente y su edad adulta. Está marcada en capítulos alternos, que nos hacen razonar hechos del presente, que fueron marcados por su pasado. El Marcos de la adolescencia nos da también la oportunidad de conocer un poco a los otros tres personajes masculinos que forman parte la serie, aunque sin profundizar mucho en ellos. Solo en aquello que le atañe a Marcos directamente y, cómo le afecta en su forma de ser y de pensar. Cuando una novela se presenta en dos tiempos, rara es la ocasión en que no me gusta más una parte que otra, sin embargo en esta novela, Norma consiguió que por diferentes motivos me enganchará a las dos. En la adolescencia me atraía mucho conocer por qué está en Aranjuez y de que manera se fragua esa amistad entre ellos. En la edad adulta, (digo adulta pero Marcos tiene 22 años) nos sitúa en Alepo en plena guerra. Allí entra a formar parte de la Cruz Roja y a través de Miriam empieza a hacer desaparecer sus demonios. Una novela que trata de una manera muy cuidadosa la problemática de la guerra que allí acontece, hubiera sido muy fácil caer en lo escabroso, pero Norma con su sensibilidad da los detalles justos para hacernos entender las situaciones, sin que resulte duro leerlo aunque lo justo para que se te meta en la piel el sufrimiento de esas personas, y lo mucho que ayudan los cooperantes de manera desinteresada. Habiendo leído algunas novelas anteriores de la autora que también me gustaron, creo que con esta da un paso hacia delante. Nos muestra una nueva faceta suya que a mí particularmente me ha encantado. Nota para Norma: ¡por favoooor! No puedes dejar así a la maña, y también queremos saber qué más ocurre con Marcos y Miriam. Estoy deseando saber qué ocurre con Mateo, Lucas y Jon. |
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