ZEN

Desde hace ya un tiempo, tanto Pedro Estrada como Raquel de la Morena han pasado por aquí en varias ocasiones por separado, aunque para mí la más especial fue mi crush con su novela espejo escrita a cuatro manos, La maldición de Trefoil House. Ahora vuelven a repetir el binomio para hilar una trama de misterio paranormal adolescente en la que debemos descubrir la identidad de un demonio entre estudiantes pijos. Quizás por eso no he podido soltarla, debido tanto a la adicción que crea resolver ese enigma principal como a la soltura con la que escriben ambos autores y, aunque reconozco que no pasará a mi lista de favoritos (más por comparación que por la propia novela), siendo justa es una novela muy entretenida con muchos puntos a su favor para gustar tanto a nuevos lectores como a reincidentes con Raquel y Pedro.

La protagonista le da nombre a la novela, aunque ella en realidad se llame Yin, y eso ya da bastante información acerca de la dualidad que representa y el desarrollo que nos vamos a encontrar sobre este personaje. Es prácticamente la única que tiene un desarrollo tridimensional, con una historia personal de su pasado apoyando su evolución paulatina en el presente y a quien las circunstancias van afectando en sus decisiones y en su forma de ser. Yin es una chica que ha pasado casi toda formándose como guerrera en un templo en Nepal y no ve el momento de terminar su etapa de alumna para poder elegir entre una de las dos sendas que se le ofrecerán. Sin embargo, su maestro le ofrece un tercer camino antes de tiempo: viajar hasta París para descubrir y detener a un demonio que está matando estudiantes en una academia elitista. Yin no se lo piensa mucho porque está deseosa de abandonar el templo por motivos personales y no soporta pasar ni un minuto más allí aislada con ciertos compañeros. Por ello, sin plantearse nada más, acepta la misión y viaja a la academia parisina como alumna infiltrada para enfrentarse al asesino paranormal, que en concreto es un deva, un demonio de la mitología hindú que toma forma humana y se alimenta de algunos de los sentimientos humanos más poderosos como la ira, el miedo, la envidia... Para que su banquete sea más nutritivo, primero se dedica a sembrar esos sentimientos antes de matar y alimentarse de sus víctimas, que son más vulnerables si en el momento de enfrentarse al deva están sintiendo todo eso de forma descontrolada.Y hasta aquí sería más o menos la premisa desde la que parte la historia, con Yin a un lado de la narración intentando descubrir quién es el deva entre todos los nuevos compañeros que va conociendo e intentando darse prisa antes de que haya nuevas víctimas.

Como comentaba en líneas anteriores, Yin es una protagonista trabajada desde el primer momento. Tiene una personalidad muy definida que va desde una gama de blanco o negro, debido a su condición chica oriental criada bajo el techo de un templo nepalí perdido en medio de las montañas, hasta su evolución hacia una zona más gris cuando se ve obligada a relacionarse con otros jóvenes de su edad y a encajar en ese ambiente para pasar desapercibida entre otras chicas con las que, en principio, no tiene nada en común. Esto sirve de combustible para muchas de las conversaciones que Yin mantiene con el resto de sus compañeros en su afán por demostrar que sabe lo que es WhatsApp, que conoce el final de Harry Potter o que entiende cuando le hablan de los últimos hits de Spotify. A mí me ha parecido entrañable en muchos momentos por esa característica suya de parecer una niña criada en la selva que llega nueva a la ciudad y además intentar no aparentarlo por el bien de su misión. Como protagonista me ha gustado muchísimo el nuevo aire oriental mestizo que trae, su inocencia con respecto al mundo moderno, su sentido de la responsabilidad y cómo van cambiando sus sentimientos cuando descubre que puede enamorarse como cualquier adolescente.

A su alrededor hay bastantes personajes secundarios que pueden destacar unos sobre otros, pero sin duda hay una de sus compañeras que se ha ganado un trocito de mi corazón: Katia, la rusa alocada. Rompe todos los estereotipos que aparenta y nos brinda los momentos más divertidos de la novela, que no son pocos (y no son exclusivos de Katia, pero sí la mayoría). La relación que se forja entre Yin y Katia es una de las mejores subtramas que desarrollan los autores pero también se apoyan en otros personajes como Alain o Hugo, que resultan interesantes desde la primera escena en la que aparecen, aunque estemos sospechando continuamente si serán o no el deva que busca Yin, y cada conversación que mantienen se convierte en una búsqueda de segundas intenciones e indirectas entre todo lo que se dicen. Sin embargo, reconozco que me ha costado (sobre todo al principio) seguir un poco los líos que se van formando entre chicos y chicas, chicos y chicos, chicas y chicas y demás parejas que van cambiando, y por todo el entramado de planes que urden para ponerse celosos unos a otros. de hecho, hasta en algún caso la propia Yin admite que se pierde cuando en un mismo párrafo algún otro personaje le comenta cómo están las situaciones sentimentales de los demás en ese momento. Yo opté por dejarme llevar y no pensar mucho en esas conexiones porque me perdía continuamente y no tenía sentido intentar encontrarme si a la página siguiente las cosas iban a cambiar.

En cuanto a los escenarios en los que se mueven, prácticamente toda la trama transcurre en un internado elitista para adolescentes pijos, así que la parte de la ambientación se me ha quedado un poco corta teniendo en cuenta que mis expectativas iniciales eran que la historia transcurriera entre Nepal y París. Y es verdad, esas dos ubicaciones aparecen pero muy de fondo y de manera circunstancial, sin que sean para nada un elemento relevante de la trama (es decir, que el templo está en Nepal como podía haber estado en India, que solo se nombra; y de igual manera el internado podría haber estado ubicado en Berlín, que la historia no habría variado ni un ápice). En este sentido, las descripciones del entorno se limitan bastante porque son casi todo de interiores o de naturaleza muy básica (como el bosque de la academia). En cambio, sí es notable el trabajo de otra serie de detalles y no solo la mitología hindú en la que está basado el deva, sino también en las artes de combate oriental, esgrima o bailes de salón.

Por lo demás, Pedro y Raquel siguen muy fieles a su estilo de escritura, amena, simple y llana, con mucho humor sutil, pinceladas de romance juvenil, líos entre personajes y las descripciones justas y necesarias para que sepamos qué tenemos alrededor, nada abrumador. En consecuencia, es una novela que se puede leer súper rápido porque tiene ese componente de adicción muy bien utilizado, con pequeñas pistas para sospechar y, a su vez, datos para despistar. Además, el trabajo de corrección es algo que siempre me gusta destacar tanto para bien como para mal, y en este caso no he podido encontrar ni una sola errata, así que se aprecia mucho la paciencia que han tenido con todas las revisiones. Para mí ha supuesto una novela diferente, que mezcla paranormal juvenil con una novela clásica de enredos y logra un resultado apetecible de leer e impredecible a la hora de hacer conjeturas, sobre todo cuando se desatan los acontecimientos hacia un final acelerado y lleno de giros que nos regalan los autores después de habernos dado varias vueltas para marearnos.

Para resumir, una novela muy ágil de leer con un punto de misterio que la vuelve adictiva. No es un thriller ni una novela adolecente al uso, sino que gracias a sus elementos paranormales y a la mecánica con la que funciona desde el principio, (resolver el misterio del deva) es muy fácil querer leerla hasta acabarla del tirón. Personalmente, no puedo evitar las comparaciones con las anteriores novelas de los autores en cuanto a estilo y ambientación, pero me sigue pareciendo una buena opción para quienes no los conozcáis como primer acercamiento; y si, como en mi caso, ya seguís su trayectoria desde hace tiempo, estoy segura de que también disfrutaréis mucho, si la trama os llama.
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"Zen" de Raquel de la Morena y Pedro Estrada
es una novela de fantasía juvenil, ambientada en la época actual, que me enganchó desde la primera página. Iba con un poco de miedo de que, al ir enfocada a un público joven, no lograse atraparme pero mis temores eran infundados.

Al principio de la obra conocemos a Yin Zheng, una jovencita de diecisiete años que lleva seis viviendo en un monasterio budista en Nepal. Ella y sus compañeros reciben una formación completa en técnicas marciales, filosofía y las habituales materias educativas. Haber pasado los primeros once años de su vida en Canadá, y no en el monasterio, la hace diferente de sus compañeros que ya están cerca de obtener el fajín dorado. Esa distinción les permitirá dejar de ser estudiantes para regresar con sus familias o quedarse como monjes en el monasterio. Pero existe una tercera senda, una vida dedicada a cazar demonios, y esa alternativa es la que le ofrece el maestro Zhou a nuestra protagonista. Ying se traslada a un elitista internado francés en busca del deva que ha matado a una de las estudiantes.

Los autores nos presentan a los adolescentes del último curso de un exclusivo internado para hijos de personas ricas y poderosas. Conoceremos el día a día de los estudiantes mientras Yin intenta integrarse y conocer a los estudiantes para ver si alguno de ellos le da pistas sobre la identidad del demonio que busca. Tenía miedo de que esa parte no me enganchase y fuese más de lo mismo, pero me ha resultado interesante y me ha gustado la forma en que Raquel y Pedro han introducido a la joven oriental en la vida diaria de un internado europeo. La integración de Yin resulta creíble y entretenida, al igual que la trama romántica. En cuanto a la trama de la búsqueda del deva también es muy interesante. La joven no es perfecta, no sabe en quien confiar, es muy poco lo que sabe de su enemigo y se equivoca varias veces. Eso está bien porque una ya cansa un poco de héroes perfectos que lo hacen todo bien a la primera.

La portada del libro me encanta y eso fue lo que me hizo leer el argumento que terminó de atraparme. A pesar de mi temor de que se tratase de una obra demasiado juvenil para mi, me encontré totalmente enganchada a la historia desde la primera página. El vocabulario empleado por los autores me gusta, no es complejo pero tampoco demasiado simple y explica cualquier posible definición que pueda resultar compleja.

La prosa de Raquel y Pedro resulta muy fluida, las descripciones de personajes y escenarios es detallada pero no pesada. La narración en tercera persona permite conocer tanto a Yin como al resto de estudiantes y profesores. También convierte en creíble la existencia de demonios ocultos entre los humanos y la de las personas dedicadas a erradicarlos.

"Zen" es una novela de aventuras muy entretenida, fácil de leer y que engancha. Tiene un poquito de todo ya que mezcla la trama romántica con la búsqueda y eliminación de los devas, y mientras tanto el lector acaba atrapado totalmente por la historia.

Es mi primera vez con los autores, aunque ya había leído a Raquel en solitario, y espero tener la oportunidad de leer más libros suyos.

Zen lleva toda su vida siendo entrenada por los monjes budistas del templo nepalí en el que su madre la dejó cuando era una niña. Cuando el maestro Zhou le da la posibilidad de seguir la misteriosa tercera senda, Zen no se lo piensa. Aunque para ello tenga que abandonar el templo e infiltrarse en uno de los más prestigiosos y elitistas internados de París. Pero es necesario si quiere atrapar y matar al deva que ha asesinado a una de las alumnas del liceo. ¿Podrá Zen dar caza a esta criatura sin levantar sospechas o su ascética vida anterior le impedirá comportarse como una joven y atraerá la atención del deva?

Este es el primer libro de los autores que leo y la verdad es que no me ha acabado de convencer. Lo que más me ha gustado del libro es la trama de los devas, una especie de demonios que se alimentan de ciertos sentimientos y que adoptan el cuerpo de personas para poder infiltrarse entre la sociedad y captar así a sus víctimas. Creo que los autores saben jugar con el lector y aunque una parte de la historia es bastante predecible, hay varios giros en la trama que te despistan y hacen que el misterio se mantenga hasta casi el final del libro. En cuanto a la ambientación, la historia se desarrolla mayoritariamente en el Liceo Montfort, el típico internado elitista que aparece en multitud de novelas juveniles plagado de estudiantes snobs, egoístas y malcriados que en vez de aprovechar la oportunidad de aprovechar los recursos que la academia ofrece se preocupan más por hacer fiestas, los enredos amorosos o las disputas juveniles entre ellos. La pluma de los autores es ágil y te anima a seguir leyendo aunque ha habido algunos detalles, frases o expresiones que me sacaron alguna vez de la lectura. En cuanto a los personajes aunque todos tienen su papel en la historia, para mi gusto son algo planos y la verdad es que no pude conectar con ninguno, la verdad es que me cayeron bastante mal todos. Creo que los autores quisieron seguir el prototipo de personaje adolescente y les salió algo mal. Solo destacaría a Zen, la protagonista, cuyo comportamiento no pude entender en muchos casos, era bastante voluble y parecía que no sabía a qué se enfrentaba en muchas ocasiones por su imprudencia a la hora de actuar. Otra cosa que no me gustó fue el romance, el desarrollo e interacciones entre los personajes me pareció de lo más forzado igual que el final, al que no le vi mucho sentido, sobre todo a una cosa que ocurre, por no hablar del epílogo que me pareció cuanto menos de película. En definitiva un libro para pasar el rato sin más que os recomiendo leer sin muchas expectativas.

El libro nos cuenta la historia de Yin Zheng, una chica que vive en un templo nepalí donde recibe educación budista y entrenamiento en artes marciales. Su objetivo es superar las nueve pruebas para poder elegir que senda seguir una vez termine su instrucción. Pero como aún está un poco lejos de eso, el día que su maestro la llama para ofrecerle una misión fuera del templo, decide aceptarla. Lo que deberá hacer será camuflarse como alumna en un instituto elitista de París donde una adolescente fue asesinada.
Su maestro está seguro de que el culpable fue un deva, uno de los tres demonios milenarios que se alimentan del miedo, la ira y los celos chupándoles la sangre a sus víctimas luego de, haciéndose pasar por humanos, introducirles esos sentimientos poco a poco.
La misión de Yin va a ser descubrir al deva y asesinarlo para que no siga causando más muertes.
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La historia es una mezcla de hurban fantasy con un poco de misterio y una gran cuota de romance. Ya que en su estadía en el instituto, Zen, como se hará llamar Yin, va a conocer a Alain, un chico algo misterioso del que nadie sabe mucho y quien será su primer sospechoso.
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La verdad es que a pesar de que siempre leo las sinopsis, y obviamente leí la de este libro también, no me acordaba prácticamente de nada así que fui descubriendo la historia mientras lo leía y no estuvo nada mal.
Me gustó mucho la misión que le encargaron a Zen y todo el tema de los demonios aunque un poco más de información sobre estos hubiera estado genial.

Sí es verdad que al principio no sabía muy bien que pensar de las chicas que conoce Zen ni bien llega al instituto y eso me tenía un poco desconcertada. Ella nunca había salido del templo y no tenía idea de ropas, modas ni como manejarse con gente de su edad y cuando estas chicas la suman a su grupo al momento de conocerla pensé que serían malas con ella y se burlarían o cosas así. Nada de esto pasó y estuve medio libro esperando que sí, jajaja. Obviamente esto pudo haber sido solo mi percepción pero no ayudó a centrarme del todo en lo realmente importante.
También es verdad que por momentos parece un libro de amor de instituto con temas normales de la edad y se aleja un poco de la misión de Zen pero en cuanto la escena pasa o se resuelve, vuelve a su cauce original.
En cuanto a la resolución de todo el misterio debo decir que una parte no me la esperaba para nada. Tenía sentido pero nunca se me cruzó por la cabeza así que eso estuvo muy bien.
Hay momentos en los que fui sospechando de todos y supongo que eso también es un punto a favor.

En general fue una buena historia y disfruté bastante leyéndola.

La narrativa de los autores me ha gustado mucho, he visto algo más de sencillez en la prosa que en los libros que he leído de Raquel, algo que hace que nos adentremos en la trama de forma fácil y rápida. La narrativa es en tercera persona, lo que me gustó en este caso, aunque seguiremos en todo momento los pasos de Yin. Las descripciones no saturan, nos darán las justas y mayormente al comienzo de la trama, tenemos que hacernos con los conceptos de lo que se nos cuenta. Lo bueno es que desde el principio los autores van al grano, no tendremos un comienzo lento ni pesado, lo que hace que pronto estuviera enganchada a la historia sin remedio. Yin es una chica que vive desde los once años en un templo Nepalí, allí a ella y otros chicos les enseñan artes marciales y demás, todo para poder cumplir misiones secretas a lo largo de todo el mundo. Pero todo cambia para Lin cuando le encomiendan infiltrarse en un internado elitista de París, allí una chica ha muerto y están seguros de que fue un deva, un demonio que se alimenta de las emociones humanas más horrendas.



Me encantó poder ver cómo Yin (en el internado por una equivocación del registro la llaman Zen) tiene que infiltrarse en la alta sociedad, ser parte de ellos y su mundo, pero al haber estado tantos años recluida no sabe nada de redes sociales y mucho menos de ropa o móviles, lo que nos dan unas escenas la mar de cómicas que me hicieron divertirme mucho. Todo para Zen se vuelve cada vez más difícil, aunque lo bueno es que nada más llegar la acepan en un grupo de chicas muy popular del centro, estas chicas lo malo es que tienen una rivalidad grande entre ellas, lo que ocasiona que Zen lo tenga aún más complicado. Lo bueno es que no todas ellas son así, tenemos a la que fue mi favorita, Katia, una chica que es de la alta sociedad de San Petersburgo, otra chica con la que tuve unos buenos momentos de diversión. al haber un demonio oculto entre los estudiantes que se alimenta de los malos pensamientos, no nos faltará peleas y como os he comentado rivalidades, lo que no me resultó nada extraño que en alguna ocasión se tirarán los trastos, algo normal si ese ser les afecta a todos, incluida Zen.



El libro engancha por su narrativa sencilla y rápida, no paran de haber situaciones complicadas y habrá pocos descansos. Lo que pasa que yo eché en falta algo más de acción, unas cuantas más escenas de lo que nos podía dar Zen y su entrenamiento, pero no afectó para que disfrutara de la novela, ya con la tensión que se vive en todo momento, y el misterio que envuelve cada paso de Zen para descubrir al deva, es más que suficiente para mantenerme entre sus páginas, y no querer soltarlo. Lo que me sorprendió también mucho fue que no paraba de hacer suposiciones de si el deva es aquel o la otra, pero tengo que decir que me sorprendió mucho porque no llegué a esperarlo, y bueno la gran sorpresa casi al final que nos aguarda me dejó con la boca abierta, es un gran giro que no esperaba para nada, fantástico.



En general me ha gustado, su narrativa sencilla y rápida de leer me ha enganchado mucho, y bueno también por supuesto ese misterio y tensión se que se vive entre sus páginas, mil y una suposiciones y nunca llegué a acertar, además de un giro final sorprendente.
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