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Crítica de AlhanaRhiverCross


AlhanaRhiverCross
11 July 2019
Si no me fallan la memoria y los números, Pedro Estrada se acaba de convertir en el único autor que puede decir que ya tiene un trío de reseñas por mi parte, algo que hasta ahora solo había ocurrido con autoras. Como me gusta cerciorarme antes de decir que soy fan de alguien, hasta ahora no había podido decirlo oficialmente pero creo que ya cuento con suficientes criterios como para poder asegurar que este autor pasa a ser uno de mis favoritos y que ya empiezo a notar esa necesidad de leer todo lo que publique o haya publicado y, por supuesto, se convierte en una recomendación fija para cualquiera que me pregunte.

Para poneros un poco en antecedentes sin hacer spoilers de la primera aventura solo os comentaré a modo de introducción que se trata de una saga destinada a los jóvenes lectores pero pensada para que tengamos la edad que tengamos la disfrutemos tanto o más que si tuviéramos 12 años porque aunque los protagonistas son cuatro amigos vikingos de entre 10 y 13 años, las aventuras que viven no conocen edad y también están rodeados de vikingos adultos que no sé yo si son más irresponsables que los propios niños. Harek tiene un serio problema con los dioses y con las profecías y los malos augurios del hechicero de su aldea mientras que su mejor amigo Olaf está intentando conseguir que le concedan una espada logrando una gran hazaña digna de un guerrero pero con tan mala suerte que nunca hay un adulto cerca para corroborar sus heroicidades. Por el lado femenino del grupo, las hermanas Sigrid y Keyra están solas y son su propia y pequeña familia en la aldea vikinga tras la desaparición misteriosa de sus padres en una partida de caza. La mayor es responsable y le gusta actuar con sensatez, mientras que la pequeñaja es súper inteligente y con una curiosidad insaciable que la hace ser más impulsiva y abierta de mente. Los cuatro son muy pero que muy diferentes entre sí y es alucinante cómo, en tan poquitas páginas que tienen las novelas, el autor logra definir tan detalladamente la personalidad de cada uno, aunque si bien es cierto que ya los conocemos de antes y aquí solo toca seguir perfilando con matices.

Para más datos, Vinlandia es el nombre que le dieron los exploradores vikingos que se asentaron en las costas del norte de América varios siglos antes de que llegara Cristóbal Colón al continente y se atribuyera el mérito. Hay que reconocer que ambientar la novela en la cultura vikinga y mezclarla con leyendas de los nativos americanos originarios ha sido una buenísima idea porque le da una base histórica con la que los jóvenes lectores se pueden ir familiarizando con datos dispersos por todo el libro y además mantener un nivel de interés con todos los pequeños (y grandes) misterios que envuelven toda la trama de aventuras propiamente dicha. Por lo tanto, el puntillo educativo que tiene en determinadas escenas lo convierte en un libro muy completo (algo que ya ocurría con El guerrero fantasma), sobre todo cuando la pequeña Keyra exhibe sus capacidades intelectuales y los deja a todos con la boca abierta con sus explicaciones científicas (sí, varios siglos antes de que se hablara de ciencia como tal).

Con la introducción de nuevos personajes el autor se asegura de darle un toque diferente al que tenía la primera parte (que era algo más introductoria o de presentación de los protagonistas). de esta forma, ahora conocemos a Shon, un chaval indígena al que deciden ayudar los cuatro amigos vikingos porque de todas formas ya está decidido a ir a por el wendigo él solito y ningún guerrero ha vuelto tras salir al bosque a cazarlo. Y además cuentan con la ayuda de Erika, una de las vikingas más experimentadas de su aldea y a la que ya conocíamos pero no habíamos tenido el placer de verla en acción ni interactuar tanto con los protagonistas. En principio puede parecer que teniendo hasta seis personajes en medio de la aventura y con tan poquitas páginas para desarrollarla podría quedar todo muy en la superficie, pero la verdad es que Pedro Estrada se las ingenia para ir al grano sin que tengamos la sensación de que vamos demasiado rápido o sin conocer realmente a los personajes, sobre todo a los cuatro principales. El pasado de las hermanas Sigrid y Keyra pasa a convertirse en uno de los puntos más llamativos de la saga y a su vez, la presencia de los dioses nórdicos se hace cada vez más patente (aunque Harek necesite unas clases particulares sobre la mitología de su propia cultura para darse cuenta de que está hablando cara a cara con una verdadera diosa nórdica, pero así ya de paso aprendemos tod@s).

Por otro lado, el ritmo de lectura es rapidísimo debido en parte al número de páginas aunque principalmente el enganche se produce gracias a los personajes tan carismáticos que ha creado Pedro Estrada y al humor que los caracteriza a todos. Son muchísimas las escenas en las que he soltado la carcajada aunque la sonrisa la haya tenido permanentemente en la cara. Olaf sigue siendo para mí el personaje más divertido (es más, a mí me parece que de lo mejorcito que tiene el libro son las conversaciones de Olaf intentando comunicarse con Shon en el idioma del pueblo indígena). Muchas de las situaciones que se producen son absurdas como la mayoría de los diálogos, en el buen sentido, y aun así la novela está narrada de una forma que nos olvidamos de que tiene rasgos infantiles porque hay ironías y sarcasmos para los que hay que ser muy avispados, además de varios guiños muy bien hilados para que los más atentos saquen sobresaliente.

En definitiva, todos son elementos que demuestran la destreza que tiene el autor para crear una obra para todos los públicos y que a su vez esté adaptada como por capas de humor para que todos puedan disfrutar a su nivel. A diferencia de lo que me ocurrió con la primera parte, en la que eché de menos algunas páginas más (por puro egoísmo de seguir disfrutando, simplemente), en esta ocasión lo que me ha provocado ese ansia por seguir leyendo no ha sido el número de páginas, sino el maldito cliffhanger con el que me ha dejado Pedro Estrada en el último capítulo, que hace que la saga suba un peldaño más en la escala de adicción personal. Si además añadimos una edición súper cuidada, con unos detalles en los inicios de capítulo adecuados al ambiente vikingo y que las ilustraciones de Alberto G. Ayerbe tienen una calidad en detalles y son tan dinámicas que es como estar leyendo una película de animación, el resultado que tenemos en las manos es un libro perfecto para cualquiera que lea por diversión.

Dicho todo lo anterior en otras palabras, se podría decir que esta saga tiene un largo recorrido por delante porque los personajes tienen una energía inagotable, porque las leyendas y mitos que se pueden descubrir con esta ambientación son incontables y porque el autor tiene una imaginación envidiable para mantener nuestro interés desde la primera página hasta, literalmente, la última (de la que solo diré que implica a cierto dios nórdico cinematográfico). Los misterios que quedan en el aire son lo suficientemente potentes como para desear que la tercera parte ya estuviera escrita y publicada pero aunque tendremos que esperar un poquito, la sencillez con la que se estructuran las novelas de la saga hace que no importe el tiempo que pase entre leer una y otra porque se pilla enseguida el hilo conductor de ambas y estoy segura de que ocurrirá lo mismo con la continuación. Así que La leyenda del wendigo es una recomendación rotunda en todos los sentidos y para todo tipo de lector@s.
Enlace: http://enmitiempolibro.blogs..
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