Mujeres que corren con los lobos

Hace algunos años, en conversaciones con amigas de diferentes ámbitos de mi vida, empezó a resonar el título de un libro que todas, o habían leído y estaban encantadas o estaban leyéndolo y no se contenían las ganas de habar de todo lo que habían descubierto en su lectura.

Así, me sumergí en Mujeres que corren con los lobos, un libro de relatos divididos en 16 partes, que aluden, cada una, a las distintas etapas que puede recorrer la mujer que decide recuperar su instinto y curarse, en este caso, curarse de las tradiciones, de los convencionalismos, curarse con cuentos y desligarse de una imagen estancada de la mujer para recuperar su esencia, su creatividad, su sabiduría y regresar a sí misma.

«Tanto los animales salvajes como la Mujer Salvaje son especies en peligro de extinción »

Siguiendo este hilo, el libro es una mezcla de mitos, leyendas, cuentos de hadas, relatos de distintas geografías y épocas que hablan de resurrección, iniciación, de recuperar la intuición, de la idea del compañero, de la muerte, la confianza, el ego y el amor, de la idea de pertenencia y el júbilo del cuerpo, del instinto de conservación, de la liberación, la creatividad, la ira y el perdón, de las cicatrices y los descubrimientos, en definitiva, de la apropiación de la energía femenina.

Clarissa Pinkola Estés, su autora, es una una psicoanalista junguiana dedicada a los tratamientos post-traumáticos, en su país, Estados Unidos. Tuvo un gran reconocimiento dentro de la literatura, y sobre todo, dentro de los espacios dedicados a leer y escribir para reivindicar a la mujer, con la publicación de Mujeres que corren con los lobos en 1992.

Después de leer este libro, me convertí en una de esas amigas que me llevaron a conocerlo, y no dejé de recomendarlo a otra mujer cuando tuve la oportunidad.