Dungeons & Dragons: Retorno a Brookmere

Ahora que ya llegan los Reyes Magos, sin ánimo de desmerecer la inconmensurable labor que estos tres tipos entrañables realizan para traer juguetes a los niños y calcetines a los padres, cabe destacar que las redes sociales también traen muchos regalos. Vosotros, por supuesto. Y también algún descubrimiento de vez en cuando.

Cuando yo era niño se tradujeron y publicaron en España una serie de librojuegos de fantasía de Dungeons & Dragons Endless Quest que venían de Estados Unidos y me entusiasmaron. Recuerdo mi primer encuentro con ese mundo, entrando ilusionado en la librería y topándome con “Retorno a Brookmere”. Los artistas todavía no los conocía pero eran de lo mejor del género: si la ilustración de portada a color de Larry Elmore era magnífica, los dibujos interiores en blanco y negro de Timothy Truman seguían su misma senda. Su autora, Rose Estes, destacaba por su calidad literaria, de forma que enseguida asocié su nombre con “una buena lectura asegurada”. Leí otros librojuegos después, pero nunca ninguno llegó a tener el profundo impacto en mí que tuvo este, que desde entonces es uno de mis tesoros más preciados.

Y esta semana me he llevado una grata sorpresa: el hijo de Rose Estes tiene una cuenta en Instagram en la que rinde homenaje a las obras de su madre. Allí he descubierto qué es Brookmere, una palabra casi mágica para mis oídos. En la Columbia Británica existe una pequeña comunidad con una interesante historia, rodeada de la rica naturaleza salvaje de Canada, donde los oscuros inviernos interminables invitan a leer a la luz de una lámpara de queroseno. Fue en este Brookmere donde Rose Estes pasó dos años, leyendo a Dickens y a Tolkien, inspirándose para crear sus propios mundos literarios. Luego volvió a Texas con un título en la cabeza, y muchas ganas de escribir. Esta historia de Rose Estes me ilumina, ya que como ella, y gracias a ella, llevo algo en el alma que me acompaña desde mi niñez que siempre se muere de ganas de retornar a Brookmere.