Si vuelve el invierno: 88

Me duele mucho hacer esta reseña porque es el quinto libro que leo de Bea e iba con tantas ganas de leer su última novela publicada, iba con tantas ganas de sumergirme en este nuevo registro que ha usado al escribir este mundo fantástico, iba con tantas pero tantas ganas de que me gustara... que al final me he dado de bruces con una historia que me ha decepcionado muchísimo.

Ni siquiera estoy segura de qué es lo que quiero decir, básicamente porque ni siquiera entiendo qué es lo que la autora quería contar con esta trama y con estos personajes. Sí, admito que se refleja muy bien el amor entre hermanas, admito que —a pesar de que conozca lo más superficial— hay muchos detalles del mito de Hades y Perséfones y ha sido curioso encontrar las similitudes, pero... ya está. En todos los libros que he leído antes de ella siempre había una psicología de personajes bastante grande, pero aquí es como si, al ser fantasía, los personajes pasaran a un segundo plano y la trama se comiera el resto, una trama que no sabía muy bien por dónde coger y cómo entender. Me he pasado la mitad del libro sin entender nada, con más dudas a cada capítulo que avanzaba, con más preguntas cada vez que parecía que se resolvía algo y, aún así, he seguido esperando que llegara el desenlace y se desenredaran los nudos que iba haciendo la historia.

Sé que, siendo libro único y tampoco demasiado largo, es complicado darle la verdadera relevancia a todo lo que tiene un libro de fantasía: el mundo, la magia, los personajes, las tramas y subtramas... pero he sentido como un "aquí falta" constantemente. No he sentido que haya conocido realmente a los personajes: Pheyre actúa de una manera lógica en su situación y estaba de acuerdo con su forma de actuar, pero no he podido ver más allá de la capa más superior de su personaje, todo el libro se resume en sus largos días en el Subreino y el deseo de volver con su familia. Amara la he entendido mejor, a pesar de la situación en la que se encuentra de la noche a la mañana, me ha gustado ver la chispa de terquedad que tiene en encontrar soluciones. Haran es... pff, es que no tengo palabras buenas para describir a este personaje, me ha parecido muy tóxico y no entiendo muy bien su personalidad.

La trama va dando bandazos de un lado a otro, aportando personajes que realmente podrían ni haber existido porque no han aportado nada realmente; sucesos que se descubren que no entiendo las razones de haberlos mantenido en secreto; otros sucesos que parece que resuelven cosas momentáneamente, pero poco después vuelven el mismo punto de partida... Y, luego, un giro de trama que lo único que ha conseguido es que quede con más dudas que antes, porque no se indaga en los detalles de esa subtrama, no se habla de lo que hay debajo de esa superficie, no hay más que pequeños detalles que se resuelven... pues de una manera un poco absurda, no voy a negarlo.

Pensaba darle tres estrellas porque me encanta cómo escribe Bea, tiene una pluma preciosa y hace magia con las palabras, pero es que las últimas cincuenta páginas me han parecido un despropósito. Cómo se resuelve la trama, cómo se supone que se resuelven detalles en las relaciones, cómo se dejan de explicar aspectos que cambian de repente... He sentido como si las cuatrocientas páginas no hubiesen aportado absolutamente nada a la trama, sino fuese por algunas cosas que cambian porque sí al final, es como si los personajes hubiesen acabado en el mismo punto en el que empezaron.

Por lo menos ha sido bonito poder leerlo en una lectura conjunta, en la que además las dos hayamos opinado exactamente igual. Ha sido una maravilla poder sentirme comprendida con cada nuevo "no entiendo lo que está pasando, sigamos leyendo".

Seguiré esperando con ganas las nuevas historias que siga escribiendo Beatriz Esteban, hay libros que no encajan incluso aunque el autor esté en el podio de los favoritos y quiero creer que con este solo será una excepción.

🌕Luces:
No estoy acostumbrada a leer retellings aunque me llaman muchísimo, este en particular es una reinterpretación del mito de Hades y Perséfone. Ya en varias ocasiones he hablado sobre mi interés sobre la mitología griega y Hades es el dios que siempre me ha dado más curiosidad.
En el mismo instante que comencé a leer me di cuenta que la pluma de la autora era delicada y bella, narra con un estilo propio que hace que las palabras suenen casi poéticas, delicadas, algo que me ha encantado y que veo como un sello personal distintivo.
Por otra parte, hablando más de la historia debo decir que me ha parecido curioso el enfoque, narra amor, sufrimiento, lealtad, temor... Pero sobre todo FAMILIA. La relación que existe entre las hermanas es pura, dejando a un lado sus distintas personalidades y responsabilidades harán todo la una por la otra.
Además Pheyre es un personaje que pese a su dolor tiene una fuerza mental envidiable, y gracias a la introspección que hace la autora llegamos a empatizar con sus sentimientos.
🌑Sombras:
En el caso de Harán, el Dios que representa a Hades, ha sido digno de conocer con un lado más humano e imperfecto, justo lo que quería ver, pero lo meto en sombras porque me hubiera gustado que tuviera más peso en la historia, el enigma que le envuelve hace que no veamos su manera de ser de forma clara hasta el final y lo va dejando un poco de lado.
La madre de Pheyre es otro personaje que me hubiera gustado aue tuviera más participación,con opiniones más claras e intervenciones sobre el conflicto.

En definitiva, aunque me ha gustado esta lectura y me ha encantado conocer la forma de escribir de Beatriz, había momentos en los que me sentía más desconectada viendo la narración algo lenta, aún así he disfrutado y seguiré probando más de la obra de la autora.

"Ese era el peligro de las historias,acaban erosionándose con el roce de tantas voces"
3.8/5

Nos encontramos con una novela de 405 páginas con capítulos cortos que
devorareis sin daros cuenta ya que el estilo de escritura de la autora
es muy ágil y ameno. Además contiene ilustraciones hechas por su
hermana que nos hará ponerles cara a nuestros protagonistas. Es la
primera novela que leo de ella y ya tengo su bilogía: Aunque llueva
fuego y Donde no haya niebla pendiente para leer en la estantería.

Nos presentan la historia como un retelling de los mitos de Hades y
Persefone pero no me ha acabado de convencer esta parte.

Si que es una novela donde se ve un amor fraternal entre Pheyre,
nuestra protagonista y su hermana Amara, que romperá la barrera del
reino y el subreino.

Pheyre nació maldita por los dioses, podría aplacar el invierno y
vivir en una primavera constante pero ¿a que precio? Cada vez que ella utiliza sus poderes, su vida se debilita hasta tal punto de hallarse
al borde de la muerte.

Por otro lado tenemos a Haran, el dios de la Muerte, el cual ha ido
viviendo junto a Pheyre y siendo su compañero de juegos y cuidándola
durante 17 años. Haran no ha tenido una vida fácil, su padre Kronos es un titán horrible y encima los dioses lo condenaron a una soledad perpetua que ha intentado solventar con el paso de los años con resultados no muy buenos.

Pheyre y Haran llegarán al acuerdo de casarse para salvar la vida de
ella. Pero ¿que representa realmente este matrimonio?

Considero que esta novela hay muchos secretos y mentiras que se irán desvelando a medida que vayamos leyendo pero que a menudo me han hecho sentir que estaba dentro de un bucle, si lo leéis sabréis a que me
refiero.

Sin duda me quedo con el personaje de Idna, una secundaria
espectacular. También quiero destacar el egoísmo que refleja la autora de las personas que viven en la Aldea, que ruin puede llegar a ser el ser humano.

"Porque odio también es convertirla en un instrumento. Usarla sin mirarla a los ojos. Crear heridas y que todo lo que importen sean las semillas que broten de ellas. Odio también era no poder descansar nunca".

¡Compinches! ¿Creéis que los sentimientos nos hacen débiles? ¿Un mundo con emociones o las sacrificaríais por una eternidad sin dolor? En el día de hoy os traigo la reseña de un libro que me ha sorprendido por la belleza de su narrativa.
Si vuelve el invierno no deja de ser un retelling del mito de Perséfone y Hades, una reinterpretación de la imagen arquetípica de la madre y la hija, la dualidad, los contrarios, una exaltación de la feminidad envuelta de la magia que tienen las leyendas de juglares. 

En el pueblo las llamaban brujas. Cuando Demia huyó de la Ciudad de los Dioses, renunciando a ellos y como consecuencia de una relación fallida, los humanos fueron castigados y ella tuvo que protegerse convertida en madre de mellizas: Amara, la chica vivaz y llena de luz, a la que todos se acercaban venerando su amor; y la débil y frágil Pheyre, la niña maldita, cuya vida se iba marchitando con cada plegaria y por cada gota de sangre derramada suya, sembrando caminos. Pero un día en la iglesia, una anciana le dará el antídoto para hacer desaparecer su dolor para siempre: casarse con Haran, el dios de los muertos y así ser la reina del Subreino, para que los demás hermanos divinos de este la acepten sin poner en riesgo la vida de nadie más. 

Con las 50 primeras páginas, @beatrizesteban_ ya consiguió pellizcarme. Para mí ha sido un libro que ha ido en línea ascendente. Se nota la sensibilidad que se ha puesto en su creación, hacia el final la aventura se tuerce más dura y se pasa a la acción, el dios Kronos apabulla. Una historia que habla del amor en todas sus formas y está llena de él. Un cuento en el que doran flores, los ríos cantan, los bosques gritan, las hogueras se levantan, los Solsticios abarrotan las plazas, y los minerales son piedras preciosas esenciales. Con marchas y vueltas, de tratos y transcurrir de los años; de soledad y aceptación. El poder que nadie puede quebrantar por la fuerza invisible de la unión familiar. Donde habitan las risas y los miedos, los fantasmas merodean. de reyes y reinas, de dioses y leyes universales que quedan hasta por encima de estos. de alabanza a la vida y a la muerte, de primavera a invierno, para los que la energía embruja y dos almas siempre acaban por encontrarse. 

El don de Pheyre es una maldición. No puede controlarlo. Ella es la primavera y todo brota a su alrededor, agotándola y llevándose sus fuerzas y su vida poco a poco. Por eso, cuando se le presenta la oportunidad de casarse con Haran, su amigo de la infancia y dios del Inframundo, capaz de quitarle el dolor como a las almas en su reino, acepta.

Beatriz Esteban se ha basado en la mitología griega para crear esta historia, pero con algunos cambios. Los mitos clásicos están ahí, pero hay ciertas diferencias.

La estructura del libro es original. Tenemos los capítulos normales escritos en tercera persona y pasado, y unos párrafos a modo de leyenda antes de algunos de ellos.

A lo largo del libro hay varios momentos de confusión donde los personajes están enfadados, en el siguiente párrafo vuelven a estar bien, y en un tercero se lanzan pullas. Esta incoherencia volvía el libro un poco menos atrayente cada vez.

Otro detalle que no me ha gustado ha sido todo el secretismo que hay entorno a la madre de Pheyre y lo que ocurrió en el pasado. No se ha sabido dosificar bien el misterio para mantener al lector atrapado, sino que crea frustración por no entender.

La amistad que tienen Haran y Pheyre desde que ella era pequeña es muy bonita y tierna. Cada vez que rememoraba un momento juntos de su infancia me salía una sonrisa. Pero en la actualidad, su relación se vuelve tóxica y no me ha gustado cómo ha terminado tratándola la autora.

Una de las cosas que sí me ha gustado y que quiero destacar es lo fuerte que es la relación entre las mujeres. Estos momentos de sororidad, de estar juntas pese a todo lo malo, son muy emocionantes.

Si algo tienen en común las historias de mitología griega es que todos los dioses eran unos egoístas, seres que aparentan ser luz, pero que esconden más oscuridad que muchos humanos. Y aquí no iba a ser menos...

Es el segundo libro de la autora que leo y que no me termina de convencer. Aun así, no descarto leer otras novelas suyas en el futuro.