Doce horas es una de las historias que se publicaron a raíz del confinamiento en la que Mayte Esteban nos presenta a un elenco de protagonistas que se las ven y las desean para salir adelante. Los personajes que pululan en sus páginas son de lo más variopinto, como la sociedad misma, y entre ellos hay desde una encantadora abuela de ochenta años que vive sola (Asunción, mi personaje favorito), a unos veinteañeros, un policía y su esposa, una enfermera de la UCI… Doce horas es un relato emotivo y realista, bien redactado, con un mensaje positivo que tanta falta hace —pese a que ya ha transcurrido un año desde entonces—, y con unos protagonistas con los que resulta facilísimo identificarse porque somos, más que nunca, uno más de ellos. |