Presas

Al empezar el libro, aún habiendo leído reseñas muy positivas, no estaba segura de lo que me iba a encontrar, pues apenas he leído libros del género new adult en el que el amor no es ni la primera, ni la segunda, ni la tercera trama de la historia, aunque al terminar el libro me doy cuenta de que estaba equivocada, pues hay amor en este libro, pero no de una relación amorosa, sino amor humano entre personas que nada tiene que ver con una relación.

La trama de Presas me ha parecido de lo más entretenida, no voy a negar que hasta la mitad del libro me parecía un libro básicamente de la vida cuotidiana de Azahara en la cárcel y de Leire como nueva en ese lugar para hacer un voluntariado de escuela de verano, pero poco a poco, entre la relación que se forja entre ellas, y las conversaciones con otras internas, funcionaros y voluntarios, vamos viendo como la trama se va desarrollando hasta dar el giro que da casi al final, el cual parece que no iba a suceder pero sucede. Aún siendo un libro, que me ha parecido mucho de la vida cuotidiana, me ha enganchado y cada vez quería saber más y más acerca de los personajes, sobre todo los principales, pues también vamos conociendo el motivo por el cual están en la cárcel o porque han decidido hacer el voluntariado o cualquier cosa de sus vidas.

Por otro lado, y creo lo más importante de esta trama, es que Beatriz Esteban ha conseguido hacer llegar a los lectores lo que sucede en muchas cárceles españolas, en este caso ella se centra en estas, cosas que podemos ver en las series Vis a vis o The orange is the new black, y que en muchos casos se repiten en este libro: abusos por los funcionarios, trafico de substancias dentro de la cárcel, maltrato, la salud en este ámbito sobre todo el mental, etc el cual no solemos ver desde la calle, pero sabemos que esta ahí. Además de que no intenta hacernos dar cuenta de que aun siendo presos, habiendo hecho el delito que han hecho, ellos están ahí para reinsertarse en la sociedad, pero tal y como esta el funcionamiento de estos lugares en muchas ocasiones estos mismos presos acaban volviendo a la cárcel o no son capaces de vivir de otra manera, pues en la cárcel no han conseguido mejorar en casi nada.

Mientras leía este libro solo podía pensar en el montón de frases y mensajes importantes que da la autora a lo largo de las escenas entre los personajes, no solo entre presas, sino también entre Azahara y Leire, o incluso con Pedro, uno de los funcionarios de la cárcel. Beatriz Esteban ha conseguido que se humanicen esas personas que están presas, dejando al lado el motivo por el que están ahí, pero al menos para ser tratados como personas y enseñarles, de algún modo, que si nosotros les tratamos bien ellos pueden aprender ha hacer lo mismo.

También me ha sorprendido, hace un rato he hablado de un giro que da la trama casi al final, el cual provoca que se hable de la cárcel en los medios de comunicación aunque no llegan a decir toda la verdad, o más bien no dicen la verdad sino lo que la gente quiere escuchar, lo que provoca darnos cuenta de que en los medios muchas noticias como las que hablan de cárceles son escasas, y no se cuenta lo que sucede de verdad ahí.

Sobre el final sin duda me ha encantado, es un libro como este en el que vamos viendo el proceso de humanización de todos los personajes, es complicado pensar en cual será el final de la historia. Pienso que el final no es el más sorprendente, pero sí el más esperado y el más real en esta historia, no por ello bonito, pues me ha gustado mucho como ha acabado, aunque debo decir que fácilmente puede dar por una segunda entrega, la cual dudo que haga la autora pues aunque no es un final del todo abierto sino más bien imaginativo para el lector, o más bien un final en el que el propio lector puede decidir lo que sucede.

Los personajes de Presas me han parecido de lo mejor, creo que construir este tipo de personajes en ocasiones puede ser complicado, y más al no formar parte de este mundo, aunque la propia autora esta muy bien documentada en propias carnes.

Leire se caracteriza por ser bailarina y una chica que intenta ayudar a todo el mundo, la cual ha decidido formar parte de un voluntariado en la escuela de verano de la cárcel, en la cual harán talleres y diferentes actividades para que los presos de esa cárcel puedan entretenerse y olvidarse de que están encerrados. Leire en seguida encuentra una mano amiga en Azahara, con la cual hay un acercamiento, va conociendo y se da cuenta que lo que cuenta la gente de la calle sobre la cárcel no es verdad, pues aunque muchos, no todos ya que alguno es inocente, han cometido errores y delitos, al final son humanos y hay que entender lo que les hizo llegar aquí. Además, Leire lucha para que se haga justicia en ese lugar, donde va descubriendo lo que sucede detrás de los muros. Pero, Leire también tiene un secreto, algo escondido que conoceremos a medida que leamos la historia.

Azahara por su parte es una presa que esta en el módulo de madres, pues su hija pequeña Beth esta con ella, y la historia que nos presenta este libro vamos a conocer los últimos días de la pequeña junto a su madre, pues a partir de los tres años a los niños los mandan a la calle con un familiar. Azahara ha sido un personaje que me ha tocado mucho, me ha hecho sufrir, pues el motivo por el que está ahí, sus miedos, sus deseos y su hija, no son cosas fáciles. Además, ella escribe cartas casi cada día hablando de cosas que suceden en su vida.

En resumen, Presas ha sido mucho más de lo que yo esperaba. Pensé que me encontraría con un libro de presos y de voluntarios donde cada uno iría por su lado pero pasándolo mal, y al final me he encontrado con una historia que ha conseguido humanizar a las personas, sean como sean o si han cometido algún error en su vida. Además, ha conseguido crear una trama en la que el amor no es lo principal, como suele ser en los libros que leo. Y, que si hubiese sido un libro de tan solo la vida cuotidiana de Azahara en la cárcel lo habría amado igual.

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