 |
Hablar de los libros de Beatriz Esteban es hablar de elegancia y sencillez. Es increíble lo que esta autora es capaz de transmitir con solo unas palabras. Esta es la segunda novela que leo de la autora (la primera fue “Las voces del lago”, de la cual hay reseña en el blog) y he de admitir que elegí este título debido a la gran acogida y cariño que tenía entre los lectores y, prácticamente, iba a ciegas en cuanto a lo que a la trama se refiere. Solo sabía que la historia transcurría en la Francia de los años 50, poco más. Por eso fue tan gratificante ir viendo poco a poco por dónde iban desarrollándose los acontecimientos. Es cierto que hay momentos en los que pasan capítulos y te das cuenta de que realmente no está sucediendo nada relevante (sobre todo en la primera mitad del libro). Este hecho en cualquier otro libro haría que fuera un punto negativo y que incluso llegara a aburrir, pero la pluma y la delicadeza de Beatriz, unidas a la gran calidad de los personajes que crea, hace que no puedas parar de leer. Creo que esto es algo muy complicado de lograr, así que todo mi reconocimiento y admiración hacia la autora. Respecto a los personajes, como ya he mencionado antes, son maravillosos. Beatriz consigue que vayas conectando con todos y cada uno de ellos (incluso con esos que tienen poca presencia), que rías, que sufras, que llores, que sientas angustia… de verdad, la calidad literaria es brutal. A través de los ojos de Arielle, la protagonista, podemos apreciar cómo la depresión puede entrar en la vida de una persona poco a poco y hundirte como si no fueses más que un barquito de papel; y cómo tu mente puede transformar un hecho que no ha sido responsabilidad tuya y convencerte de que sí lo ha sido. A través de los ojos de Jem podemos ver cómo hay que actuar y cómo hay que tratar a una persona que sufre depresión. Este personaje es un gran ejemplo de comprensión y de AMOR. A través de los ojos de Claire, podemos conocer los extremos a los que nos puede llevar la infelicidad y la desesperación, una desesperación por huir de la vida que nos ha tocado vivir. A través de los ojos de Chardin podemos observar cómo la obsesión y el dolor por el pasado puede hacernos cometer grandes locuras sin pensar en las consencuencias o en las personas a las que les afecta. Y, a través de los ojos de Edith Larue, podemos ver el temor a lo desconocido, ese miedo muchas veces infundado que nos provoca el no tener el control de cierta situación o el no saber a lo que nos estamos enfrentando. En serio, son unos personajes tan bien definidos que de todos se saca moraleja y se aprende algo. Debo advertiros de que, a pesar de lo que podáis pensar debido a la sinopsis, “Aunque llueva fuego” es una historia psicológica, es decir, el tema principal es la mente humana y cómo ésta puede llegar a ser nuestro peor enemigo. Es cierto que tiene toques “mágicos”, pero si lo que vais buscando es una historia de fantasía, será mejor que os hagáis con otro título. Pero si os llama la atención, entonces solo puedo aconsejaros que lo leáis. Seguro que no os deja indiferente y os remueve algo por dentro, aunque solo sea un poco. Leedlo. Enlace: https://booksinneverland96.w.. |
>
