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"No me importa no ser comprendida por esta generación. Con los años he aprendido que crecer es aceptar lo que perdiste. Crecer también es aceptar que en esta vida no se cumplirá todo lo que deseas". En el año 2071, Rosana cumple 100 años. Y ahora tiene la oportunidad de someter a alguien al denominado "karma artificial". Por fin podrá hacer justicia y elegir a tres personas que no tuvieron su merecido y una de ellas recibirá la muerte. Rosana vive en una sociedad muy diferente a la de su infancia. Los robots forman parte de la vida, pero ella no tiene ninguno en casa. No entiende ese nuevo mundo en el que viven. El día de su cumpleaños, aparece Troy, el robot que se encargará de llevar su karma artificial. Troy, bajo petición expresa de Rosana, acudirá con la apariencia de un niño de 13 años. Desde que Troy y Rosana se encuentran, Rosana vivirá uno de los días más intensos de su vida: le hablará a Troy de sus tres elecciones para la criba, de la relación entre ellos y de cómo ha sido su vida y el dolor que guarda en su corazón. Pero la jornada será toda una sorpresa cuando descubra algo que cambiará el tiempo que que le queda. De todos los libros que he leído del autor, este ha sido el que más me ha emocionado. Hay una parte de la historia que me ha roto por dentro y el final me ha resultado muy emotivo. Toda la trama invita a la reflexión y eso es lo que más me gusta de las novelas de Espinosa. Escribe de una manera que es imposible no empatizar con los protagonistas y sentir su frustración, su sufrimiento o su esperanza. La historia de Rosana es, sin duda, aterradora y especial al mismo tiempo. Pero la vida es así: nada es perfecto y nadie se libra de la pérdida. Solo hay que saber que, como decía su padre, "la vida siempre te golpea, pero nunca te noquea". |
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