Estaba preparado para todo menos para ti

Todo lo bueno despeina.

Has de poder cambiar de opinión, has de aceptar que antes fuiste otro con otras ideas y ahora eres otro diferente con más información y otras opiniones. Cambiar tu opinión es lo más normal en este mundo y absolutamente necesario.

Quizá, si no encajas, sea porque tu mundo se te ha quedado pequeño y debas aventurarte a descubrir otros universos.

Yo creo poco en la amistad. Normalmente la amistad está limitada a un contexto de una época determinada de tu ciclo vital. Los amigos se pierden por fases de tu vida. Perder un amigo jamás es algo triste porque significa que estás evolucionando.

Siempre he creído que si aprendes a morir, aprendes a vivir, porque lo que perdimos en el fuego renacerá en las cenizas.

La vida es aprender a
perder lo que ganaste.

Hay que romper a reír y a llorar, vale la pena
hacerte añicos por esas dos emociones.

Siempre he creído que los traumas de la infancia son esos lugares a los
que no deseas volver por nada del mundo pero que necesitas visitar y que
alguien te acompañe, que abra las luces por ti, que te lo muestre con el paso
del tiempo y te ayude a comprenderlo y a perdonarte.

Los niños se transforman por culpa de un adulto
estropeado, y ese tipo de adulto estropeado es aquello de lo que huirás el
resto de tu vida y lo que más te encenderá en este mundo.

La vida es dar y sentir.