Este libro puede parecer corto y sencillo, pero está repleto de verdades, pensamientos y aprendizaje. La historia gira en torno a los personajes, niños y jovenes que no tienen nombres sino apodos. Creo que eso hace que sea fácil empatizar, porque todos podemos sentir lo mismo que ellos (sin estar en esa situación extrema). Se encuentran en una isla desierta y saben porqué: en pocos días van a morir pero se aferran a la vida con todas sus fuerzas y esperanzas. Allí aprenden algunos aspectos de la vida que el tiempo no se los permitió conocer. Es un libro que merece una oportunidad, se lee súper rápido pero deja mucho |