Frankenstein. Diseccionando el Mito

Frankenstein, nació en un laboratorio. Descargas eléctricas despertaron un corazón muerto, hicieron correr de nuevo la vida convirtiéndolo en inmortal. Criatura cuyo cuerpo no le pertenece, hecho de trozos de gente muerta, pero aun así reclama ser tratado como humano. Prácticamente solo conoció el odio, es difícil amar, es complicado abrazar si no te enseñaron a hacerlo. Pero nuestros escritores se compadecieron de él, quisieron sacar a la criatura de nuevo a la luz, quién sabe si por lástima o por entender que no puedes dejar fuera al monstruo que hizo grande el terror.
Ese hermoso prólogo de J. E. Álamo y Voro Luzzy, con un principio que me recordó lo importante que son los principios en una historia; con ese “Anoche soñé contigo de nuevo”.

Leeremos unos cortos donde el tiempo avanza o se detiene, encontraremos a la criatura tanto en el presente como en el futuro, pero siempre con ese poso de quien es en realidad Frankenstein ... Relatos de miedo, de infinita tristeza, alguno irónico... Hay un poco de todo, me ha parecido una buena variedad, algunos tienen un final digno de novela, no es un trabajo que hicieron por sacar algo, es una antología digna de leerse.

Desde ese Frankenstein entrevistado en televisión después que lo encontraran enterrado en el polo Norte... En Nápoles, la criatura quiere devolverle la vida a su creador Victor... Cuando el Ser es tratado por una mujer como un humano más... El siguiente relato es sobre la crueldad humana, quien lo creó... Seguiremos con la historia de Frankenstein, que se hizo con las partes de siete hombres, ahora quieren crear otro.... Ese monstruo que intenta convivir con humanos, pero ¿quiénes son en realidad los monstruos?... La era moderna de la criogenización, un robo en unos nichos, cuando hemos pasado de pensar por nosotros mismos a ser parte de un sistema de adoctrinamiento... La historia triste de un Frankenstein robot-humano y esa increíble ternura cuando ve el sol por primera vez... Una multinacional hace seres con trozos de muertos para experimentar un suero, esos gritos cuando son revividos, ese dolor inhumano... En un tiempo donde los seres bípedos son ahora homínidos, unos llamados Dockers gigantes hechos de pedazos de carne muerta los torturan y los dominan, papeles que hablan de un extraño proyecto llamado Prometeus...

. La criatura en los tiempos del hampa, sueña cada noche con la misma mujer, mientras debe llevar a cabo una misión donde deberá vérselas con los Cam- Iozum, cruce entre gárgolas y vampiros… Un chico criado por una madre con odio recreara su propio Frankenstein, en busca del amor que nunca recibió... Las colmenas son unas construcciones donde viven los llamados Prometeos, reviven muertos para ser esclavos de los vivos, pero... Y por último la historia de la criatura, ahora un robot de más de dos metros y medio construido con piezas de objetos distintos, con una maravillosa pregunta que dejó dentro de la historia: ¿Soy ya el monstruo que pretendían que fuera, Víctor?

Lo sé, un muy pequeño resumen de cada una de los relatos, pero creo que lo suficiente para que os intereséis por la antología. Una antología que cierra Alfonso Zamora, en ese epílogo, del cual quede muy sorprendida.

¿Algo más que deciros? Sí, ya lo creo que sí. Como todo libro de cortos no todos te gustan igual, unos más, otros menos... Pero lo que aquí ocurrió es que los buenos son demasiado buenos y le quitan fuerza a los otros. Carlos J. LLuch, José Javier Zamora , Francis Novoa , Juan Antonio Román, mi gran Marta Junquera, siempre dejando esa calidad , Manuel Martín , Rubén Pozo Verdugo , el gran David Ro Gen, y esa manera tan salvaje, tan pura de escribir que me encanta , Javier Trescuadras, Liliana Galvanny, Fernando López Guisado y su relato, La plastilina , maravilloso, maravilloso , Laura López Alfranca , Ese Víctor Blázquez, y los dueños del pedazo prólogo Joe Alamo y Voro Luzzy . Destacando un Alfonso Zamora Llorente, que me sorprendió gratamente en su epílogo .

Ahora sí termino, animaros a conocer esta obra, un homenaje a una de las más grandes escritoras del terror Mary Shelley y, cómo no, a su grandiosa criatura, la cual se homenajeó y se reescribió dándole de nuevo vida, pero esta vez sin un laboratorio por medio, sino con la habilidad de buenos escritores españoles.