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Astrid lleva desde los 7 años viviendo en palacio, siendo la sustituta de la princesa, aguantado el maltrato de la clase alta de Lanoria ya que como Foránea debe servirles sin oponerse a ellos. Harta de esta situación y fruto de la desesperación decide apuntarse a la Carrera del Olvido. Una competición a vida o muerte en la que los participantes despiertan sin recuerdos y en la que tienen que resolver una serie de enigmas que les conducirán a la ansiada ciudadanía. Tenía muchas ganas de leer este libro porque la portada es preciosa y la sinopsis me recordó un poco al corredor del laberinto y a los Juegos del Hambre que me encantaron, pero me ha decepcionado. El libro creo que tenía potencial pero la autora no ha sabido sacarle provecho. La historia nos sitúa en Lanoria un reino en el que conviven Foráneos, personas que no tienen magia y son obligados a trabajar como esclavos durante un determinado tiempo y Conjurados, personas de clase alta y con magia. La trama en si es la típica de una distopía. El principal problema creo que es la falta de explicaciones. El sistema de magia apenas se explica, sabemos que los conjurados pueden utilizar 3 tipos de magia diferente, Cientia, Pontium y Proyectura y que es muy raro que una misma persona sea hábil en más de una. Pero apenas se explica en qué consiste cada tipo de magia. Tampoco se explica muy bien por qué los Conjurados pueden tener magia y los Foráneos no, salvo por una pequeña mención que lo aclara. El tema de la revolución en mi opinión tampoco está bien llevado porque apenas aparece mencionado en el libro. al igual que la ambientación a la que le falta desarrollo. La verdad es que creo que la autora cogió ideas de algunas distopías y las unió en este libro. Hay muchas similitudes con la trilogía de los Dones Oscuros y con Los juegos del hambre y alguno me ha mosqueado (el incidente con el nido de insectos). Los personajes me parecen planos y no llegamos a conocer a fondo a ninguno y el final tampoco me gustó mucho porque no soluciona nada. |
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