El club de los martes

Cinco mujeres se reúnen semanalmente en un club de lectura. A todas les gusta leer, especialmente novelas de misterio. Lo que no pueden imaginarse es que un día ellas mismas podrán verse involucradas en un asunto digno de la mejor novela negra.

Una de las mujeres es Wilda y trabaja como agente del FBI. Un día les cuenta datos de un caso; un caso muy complicado de un asesino en serie que está matando gente en Seattle, donde viven. Pone en común con ellas sus dudas y sus sospechas, tal y como hacen cuando leen una novela para ver si así consigue saber por dónde tirar. El problema es que las mujeres van a verse involucradas en el asunto más de lo que ellas mismas quisieran.

El punto de partida resulta de lo más atractivo por esa mezcla de misterio y metaliteratura que es la base de la novela. Cinco mujeres, todas muy diferentes entre sí, a las que une un interés común: la lectura. ¿Cómo no vamos a entenderlas nosotros los que tanto amamos leer? Se reúnen todos los martes en una librería y comparten las impresiones sobre el libro que están leyendo todas. al final entre ellas se ha forjado una amistad íntima

Alexandra Byrne es la organizadora del club y la que en cierta manera lo dirige. Ella es médica pero ahora mismo se encuentra en excedencia cuidando de sus hijos. Para ella las reuniones del club son un momento de relax y de desconexión. Lo mismo que para Wilda agente del FBI, Marta editora (que anda a la caza de autores indie para publicarlos -en un guiño directo a la autopublicación que el propio autor ha utilizado en múltiples ocasiones-), Sarah una alta ejecutiva de Apple divorciada y madre de dos hijos o la financiera Stella. Todas son mujeres de éxito en su trabajo, con una vida familiar estable o no y con un interés común: la lectura

Todas leen el mismo libro, en muchas ocasiones la novela elegida es una novela de misterio. Les gusta leer a la vez y luego destripar la historia: decir de quién sospechan, qué pistas han encontrado, etc. Por eso quizás Wilda decide compartir con ellas el caso que está investigando. Es un caso muy complicado y no sabe por dónde tirar; piensa que sus amigas pueden ver algo que ella y su equipo no han visto. Obviamente, no debería haberlo hecho, es una regla de oro no compartir información fuera del equipo policial. Pero lo hace y las consecuencias son horribles; para sus propias amigas. El mismo día de la última reunión del club y tras contarles WIlda lo que pasa, cada mujer se va a su casa. Curiosamente, todas reciben esa noche un mensaje que, supuestamente, proviene del asesino

Lo que más me ha gustado del libo es el toque metaliterario que tiene. Las referencias a la literatura son muchas: una de las mujeres es editora y busca autores indie, todas se reúnen en un club de lectura y, por si fuera poco, la trama entera gira en torno a “Diez negritos” de Agatha Christie. En mi adolescencia me apasionaba esa autora y me leí unas cincuenta de sus novelas. Entre todas mi preferida fue, precisamente, “Diez negritos”. Me acuerdo mucho de ella (además la he visto en varias versiones en el cine o en la televisión) y me ha gustado mucho ver reflejada su trama en “El club de los martes”

El estilo de Mario Escobar es muy ágil. Es uno de esos libros que se leen fácilmente, que tienen ritmo, que enganchan y que se leen solos. Puro entretenimiento. Sin embargo, el final no me ha acabado de convencer. Sí cómo se resuelve la trama pero no la falta de explicaciones. A ver cómo os lo cuento sin desvelar nada. Considero que debería haberse explicado cómo se cometieron algunos de los crímenes. Por poner un ejemplo; si el asesino mata con una pistola, un cuchillo, dando un golpe a la víctima, empujándola cuando pasa el tren…, yo que sé, métodos más o menos normales, las explicaciones están de más. Pero si, siguiendo con el ejemplo, el asesino utiliza para matar una cerbatana del siglo X impregnada en un veneno que sólo elaboran unos indígenas de una remota isla indonesia, habría que explicar cómo pudo tener el asesino acceso a tales instrumentos. En esta novela el asesino utiliza en ocasiones métodos no convencionales para matar y a mí me hubiera gustado saber cómo se las arregló para conseguirlos y para crear las condiciones aptas para el crimen. El autor no se para en estos detalles, supongo que por mor del ritmo de la novela, pero entiendo que sin ellos el asunto queda sin rematar.



Conclusión final

“El club de los martes” es una novela que, si bien tiene algunos detalles por pulir, resulta muy entretenida y de muy sencilla lectura. Una trama intrigante y bien llevada enriquecida con referencias metaliterarias entre las que destacan las relacionadas con Agatha Christie y, muy especialmente, con su obra más famosa “Los diez negritos”


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