Este es el tercer libro de la short saga de fantasía que consta de 4 libros. Después de que el grupo se dividiera, fueron por caminos diferentes y luchando por sobrevivir en un mundo en el que nada es lo que parece. Dedk y Cudrinn (que antes no se soportaban), ahora empiezan a entenderse y a ser amigos, y Oerara protegiéndolos siempre. Aunque la traición que llevan a sus costas, les llenará de ira y desconfianza (eso le afecta más a Dedk). Uno de los peligros de los que se tienen que salvar (de tantos que corren), me ha encantado y a la vez me ha dado un asco tremendo. Por otro lado, Fhiro, Erehna y Oione se dirigen hacia Ireen a descifrar las runas, pero los peligros no dejan de acecharlos. En uno de esos peligros, caen en una especie de cueva, en la que por suerte (o desgracia), encuentran al hermano gemelo de Fhiro, Shirodall. El grupo de Dedk, Cudrinn y Oerara llegan a un lugar extraño. Un pueblo llamado Datrébil, en donde las personas que habitan allí son apacibles y felices, y lo más inquietante, la mayoría de las personas son conocidas. Ahí, ellos tres, averiguan cosas de lo más increíbles, y la culpa y el remordimiento por cosas que creían ciertas hacen que quieran arreglarlo todo. Mientras tanto Fhiro, Erehna, Shiro y Oione conocen de una forma de lo más peculiar y aterradora a la dioscura del este, Dreane. Gracias a esa dioscura, descifraron lo que son las runas, y también, saber la verdad de con quien ha estado hablando Oione todo este tiempo (para ser sincera, no me sorprendió porque me lo imaginaba). Otra cosa que me ha sorprendido, ha sido el secreto que oculta Shiro, necesito que se lo cuente a su hermano pero ya. El final, como siempre, me ha sorprendido gratamente. Para nada me esperaba lo que se ha revelado. Estoy deseando saber como va a continuar la historia Erya, porque ha creado un mundo de magia y fantasía increíble. Seguro que el final va a ser épico. + Leer más |