Los peces no cierran los ojos

Los peces no cierran los ojos es la historia de un recuerdo, el de ese adulto que mira con nostalgia hacia atrás evocando el verano más importante de su infancia, el de su despertar a la vida adulta, el de sus diez años.

El protagonista sobrevuela, a vista de pájaro, cincuenta años después, un verano de la Postguerra que pasó en una isla napolitana junto a su adorada madre que vive aferrada a su tierra natal y una hermana muy distinta a él a la que ignora, mientras la figura de un padre ausente emigrado a Estados Unidos en busca de mejor fortuna planea sobre el destino sus vidas. Un niño de ciudad distinto, solitario e incapaz de conectar con los otros niños, que deja pasar sus días de verano en compañía de los pescadores y enfrascado en su gran pasión, la lectura. Pero también unas vacaciones inolvidables en las que conocerá a una niña apasionada de las novelas policiacas y de personalidad arrolladora quien le enseñará el significado de la palabra amor, donde por primera vez tendrá que enfrentarse a un medio hostil en que impera la ley del más fuerte y en el que asimismo descubrirá el auténtico sentido de la justicia.

Una lectura breve, fluida y sencilla que nos habla con melancolía de las vivencias y percepciones de un niño, el propio autor, que desembocan en una repentina madurez mientras su cuerpo pierde el compás siguiendo su lento e imperturbable ritmo de desarrollo.

Una belleza de novela en la que lo de menos es la trama, que no es más que una historia cotidiana en la que cualquiera de nosotros podría verse reflejado, son la poesía y la sensibilidad que desprende el estilo narrativo del autor y su increíble capacidad de transmitir tanto con tan pocas palabras, los que realmente cautivan.

“Los peces no cierran los ojos” es una pequeña novela referente a su extensión, pero no por ello menos buena.
El autor ha creado unos personajes, dos en concreto, con los que podemos ver su evolución a su madurez.
La narración, según ha comentado el autor, es biográfica, no sé hasta qué punto llega a serlo, lo que sí sé es que está llena de ternura e inocencia.
El autor, Erri de Luca, nos traslada a su infancia y allí veremos con sus ojos y con su memoria, su transformación con la ayuda de una niña, de la que no recuerda su nombre. Con ella aprendió la palabra amor, el amor más puro que pueda sentir un niño en edad de jugar aún.
Erri de Luca tiene un precioso estilo a la hora de narrar, lleno de sentimientos. Ha sido todo un descubrimiento conocer a este autor, le seguiré la pista de cerca.
Recomiendo “Los peces no cierran los ojos” ya que es una novela corta con una gran carga sentimental, con tintes autobiográficos.

Es la historia de un niño de 10 años (edad en la que se deja de ser niño pero el cuerpo no lo refleja), que conoce a niña en las vacaciones de verano. Junto con ella conoce el amor, palabra que había leido en los libros de su papá pero que no la entendía.

La historia es contada desde la inocencia y la sencillez de ese niño que transmite muchas ternura. La niña que lo acompaña en esta aventura es todo un personaje, además de aprender junto a ella sobre el amor también viven momentos de celos, envidia, injusticia.

Es un libro corto, escrito con palabras maravillosas. Me encantó, le doy un 4

Un relato con una prosa hermosa, nostálgico lleno de recuerdos del autor de un verano en Nápoles, cuando era un niño de 10 años y conoció su primer amor, reflexiones bellísimas sobre el amor, sus padres la vida, la muerte, no te dejan indiferente te conmueve con cada experiencia y te hace a su vez rememorar tu niñez y tus vacaciones de veranos en la playa, un relato evocador.

Es una novela cortita en la que el autor desde la madurez nos cuenta el verano de sus diez años en el que va descubriendo que la vida es muy diferente a como la había imaginado.
El Napoles de la posguerra, un padre ausente buscando algo mejor, su amor por los libros , el primer amor y el respeto a la naturaleza. Ese verano lo pasó con una amiga cuyo nombre no recuerda pero que le enseñó lo que significa amor y justicia. Pero también lo que son los celos, la envidia y la violencia.



Lo maravilloso es como lo cuenta, con un estilo poético, profundo y preciso, de una manera pausada,sensible y delicada lo cuenta todo con las palabras justas haciendo que las reflexiones sean constantes. Una historia intimista que te lleva a querer releerlo para saborearlo de nuevo.
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