El viejo y el mar, de Ernest Hemingway es una alegoría maravillosa, más que sobre la lucha de un hombre viejo en contra de un gran pez sobre la primacía de uno con el otro o viceversa, es una alegoría del viaje interior. El mar es el gran inconsciente, por lo tanto el mar, la mar para los marinos, es el viaje interior hacia el deseo y la lucha de purificación. Domar el pez, dominarlo, es dominar el propio carácter. es la experiencia profunda del autoconocimiento. No se puede controlar algo que no se conoce. Por lo tanto, la novela significa el triunfo del espíritu himano sobre lo instintivo. Dominar el pez es dominar nuestra naturaleza animal, nuestro inconsciente fuente de nuestros más profundos instintos. Hemingway obtiene con este libro el máximo galardón norteamericano que es el Pulitzer, pero luego le significa la antesala al Premio Nobel. Una enorme novela.
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