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Creía que haber leído con anterioridad a Annie Ernaux iba a suponer una ventaja: no tendría que invertir recursos en “decodificar” su estilo ni su lenguaje. de este modo, pensaba yo de manera ingenua, me podría centrar más en el contenido…pero me ha cogido desprevenida igualmente. Estaba acostumbrada a su honestidad, frialdad y crudeza; conocía ya esa distancia desde la que escribe acerca de los hechos más relevantes de su vida (por ejemplo, la muerte de su padre), pero para un tema como este no estaba en absoluto preparada. He valorado mucho que no se adentrase en cuestiones ético-morales; el libro se focaliza principalmente en exponer todo lo que supone intentar abortar en clandestinidad y denunciar las violencias que conlleva, arraigadas en las creencias sobre lo que debe ser una mujer, en como debe comportarse, y en todas las atribuciones vinculadas al hecho de quedarse embarazada / desear interrumpir el embarazo. Este es el relato de una experiencia compleja, en un momento en que existían diversos estigmas ligados a la vida de las mujeres, sobre todo de clase obrera (creo que este es un tema importante también para la escritora aunque he percibido cierta ambigüedad en relación con sus orígenes). No creo que mencione una sola emoción de forma explícita pero se llegan a percibir de manera muy evidente, especialmente en la segunda mitad del libro. El tono es claramente de crítica, pero tampoco en este caso se explicita abiertamente. Simplemente expone la propia experiencia, vivida en soledad, con falta de información y de ayuda. No esconde, evita ni protege al lector, algo habitual en la escritora. En este caso, además, la forma como combina lo más banal y lo más trascendental me ha resultado abrumadora. Mi pregunta sin respuesta se orienta a imaginar cómo hubiera sido este libro escrito poco después del “acontecimiento”. Y la pregunta que me hago justo después (sabiendo que el libro no habría podido ser el mismo) es por qué me hago esa pregunta… |
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