Ese verano a oscuras

No conocía a esta autora, pero gracias a los innumerables retos a los que me apunto cada año, esta lectura se me metió por los ojos. Cuando, al encenderlo, vi que era tan corto, mi dicha subió un par de puntos.
Escrito en primera persona desde el punto de vista de una adolescente que nos relata sus días en una época algo convulsa en Argentina. He quedado encantada, no llega a 100 páginas, pero en ellas he podido conocer un estilo de vida que me ha recordado a la de mi ciudad cuando era pequeña, porque sufríamos cortes de luz y restricciones de agua. Las ilustraciones son sencillas pero muy expresivas. Pero desde luego lo que más me ha impactado es el femicidio de la vecina y su hija, increíble lo normalizado que se tenía ese tema (al igual que aquí), en aquella época.
Es un libro que exige muy poquito tiempo y deja muy sensaciones, volveré a cruzarme con la autora en un futuro cercano, estoy segura, totalmente recomendable para todo el mundo.

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Mariana Enríquez era para mí una eterna pendiente aunque en realidad esto se podría decir que se ha tratado de una segunda oportunidad. Fue en el 2018 cuando su libro 'Las cosas que perdimos en el fuego' salió elegido como lectura en el club Viajar Leyendo Autoras. Fue en el 2018 cuando intenté, varias veces, leer dicho libro pero nunca conseguí avanzar, siempre me quedaba en el final del primer relato y decidí que lo mejor era dejarlo estar. Y tanto que lo he dejado estar que han tenido que pasar más de tres años para intentar de nuevo adentrarme en el universo de esta autora que tantas pasiones despierta.

Llevaba unos meses con ganas de dar el paso de nuevo y tenía claro que lo haría con un título totalmente diferente. Se acercaba la noche de Samaín o Halloween y me acordé de uno de sus relatos ilustrados, 'Ese verano a oscuras'. Decidí echarle un vistazo y cuando me quise dar cuenta ya lo había terminado.

Desde la primera palabra sentí como la atmósfera me absorbía, agobiaba e inquietaba. Desde la primera palabra sentí como la claustrofobia me ahogaba. No tenía ni idea de lo que iba a suceder pero había algo que me impedía respirar. No fue hasta que llegué al punto final cuando al fin pude respirar hondo e intentar recomponerme. Y en ese momento solamente pude decir: ¡WOOW!

'Ese verano a oscuras' me ha parecido un relato duro, cruel, doloroso e inquietante a partes iguales. Un relato que muestra la vida real y eso es precisamente lo que más me ha maravillado. El día a día en una argentina desestructurada, como lo afronta la sociedad y dos chicas en plena adolescencia. La autora no necesita más. No necesita adornos rebuscados. Plasma una realidad que puede dar más miedo que cualquier ficción que una se pueda imaginar.

'Ese verano a oscuras' me ha parecido la lectura perfecta para descubrir a Mariana y quedarme con ganas de seguir ahondando en su obra. Un relato muy bueno que acompañado por las ilustraciones se convierte en una edición redonda.
A veces las segundas oportunidad son muy necesarias y demuestran que las primeras impresiones no son siempre ni reales ni correctas.
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Dos jovencitas que viven en un barrio de edificios baratos (monoblocks, solemos llamarlos) de la Plata (capital de la Provincia de Buenos Aires, Argentina) sufren aquellos cortes programados de energía eléctrica (cortes de luz, bah) durante un verano muy caluroso.

En medio de esa chatura, encuentran un libro sobre asesinos seriales en una feria de usados y un crimen en su edificio hacen que estas chicas vean las cosas desde otro lugar.

Al maravilloso modo de escribir de la Enríquez, se le suman las ilustraciones de Helia Toledo, y se arma un entramado perfecto.

Recomendable, muy recomendable. Imperdible, diría.

“la necesidad de huir y la certeza de no poder escapar”, esta frase casi al final narra alguna de las sensaciones que provoca Mariana en este cuento. Corto, atrapante, con pinceladas de sarcasmo y con recuerdos cercanos post dictadura. Femicidios, asesinos seriales y una trama que te asfixia con su clima.