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Álvaro Enrigue Soler (n. 1969) es un escritor mexicano residente en Nueva York de raíces catalanas, que obtuvo el Premio Anagrama en 2013 con Muerte súbita, la cual narra una partida de tenis en Roma entre el pintor Caravaggio y Quevedo con las consecuencias de la conquista española de México como telón de fondo. Ahora me rindo y eso es todo es su sexta obra en Anagrama desde Hipotermia (novela integrada por relatos y elogiada por Vargas Llosa y Pitol) y una de las constantes de su obra es la denuncia de las fronteras. La idea de esta novela surgió de una exposición en Washington, en la que la Biblioteca del Congreso mostraba mapas del s. XIX vinculados con la guerra apache, y su título está sacado de la frase que dijo Gerónimo, el “Ulises de los apaches”, al rendirse ante el general estadounidense George Crook en el Cañón de los Embudos. Se divide la novela en tres partes: la primera cuenta (a modo de wéstern) la historia de la expedición de un grupo de rurales, que emprende la búsqueda de la cautiva Camila, antes de ser tomada por Mangas Coloradas como esposa; la segunda, un intermedio que habla tanto de la situación de tránsito en la Apachería (hoy en día es La Mesilla) en el s. XIX entre México y EE. UU., como de la rendición de Gerónimo, al igual que de sus numerosos perseguidores; y la tercera resuelve la andanza de Camila entre otras, puesto que al final convergen todas las tramas y encajan las historias unas en otras. A Camila, la viuda del viejo Leopoldo Ezguerra, “un hombre centrado, amigo en general de los indios y con buenas intenciones”, le cambió la vida en Janos cuando los apaches se la llevaron consigo. El teniente coronel José María Zuloaga, “el comandante militar de una de las zonas más rasposas del país”, es el encargado de dirigir la pintoresca expedición de rescate. Los conceptos de odio, venganza y justicia salen a relucir en medio de esa errancia entre el cielo y la nada que es la peculiar expedición, punto de partida de una ecuación narrativa, poblada de personajes históricos que México tiene en el cajón del olvido y que Enrigue rescata y rememora, con ínfulas de alegato político contra la idea de nación. El libro, un lamento por una época ida, está cruzado por las páginas del diario de una familia, escrito por el padre migrante (autodefinido como mexicano y republicano) que solo pretende “vivir como apache” y que está viajando por la Apachería (coinciden curiosamente los nombres de esta familia con los nombres de los hijos y de la exmujer de Enrigue y el viaje fue hecho realmente por Enrigue). La Apachería “es un territorio mostrenco y extremo en el que hasta los animales van de paso. Cañadas impenetrables, llanos calcinantes, ríos torturados, piedras por todos lados”, una Atlántida que fue eliminada de manera salvaje. En ese territorio se ambienta esta narración, donde confluye la historia, la confesión, la crítica, la política, en un universo repleto de ríos transversales y con una travesía tormentosa y crujiente al decir de Borges, con una sugerente manera de narrar los diálogos y con algunas páginas donde hay más devaneos que brillos, lo cual nos deja un sabor en los labios a cenizas perdidas, a cristales rotos, aunque Enrigue logra envolver sin estridencias al lector en un elocuente ovillo de anécdotas y distancias y es capaz de entrar en los climas interiores de los personajes y alumbrar sus sombras. El peregrinar del lector entre los libros en busca de la experiencia estética de la belleza es esencial para el conocimiento y representación que el ser humano se hace de sí mismo y del mundo. La creación artística posibilita y profundiza en un camino ético y su singularidad y autenticidad favorecen la asunción propia y del otro, por eso son interesantes libros como los de Enrigue, aunque esta novela de largo aliento sea más idónea para lectores pacientes a los que no les importune los cambios constantes de voz narrativa, disipadores de la tensión narrativa, y las prolíficas descripciones paisajísticas. Como es sabido, los best sellers se venden pronto y se olvidan rápido según el caprichoso céfiro de las modas. Solo los lectores sabrán sofaldar el misterio respecto a este libro. |
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