Momo

Para mí, "Momo", es una novela muy especial. Hice su lectura siendo pequeña, no sé ahora mismo con qué edad, quizá unos 10 o 12 años, pero recuerdo que me encantó, y que la devoré. No recordaba muy bien la historia, después de tantos años, pero si se me quedó marcado lo especial que era Momo, y el miedo que me daban los hombres grises.

Unos 20 años después, he disfrutado mucho más aún su lectura. Ya que entendemos lo que el autor, Michael Ende, nos transmite, de una manera diferente a cuando somos pequeños. Aunque catalogada como novela infantil-juvenil, creo que "Momo" es una lectura obligada para todas las personas, independientemente de la edad.

Con Momo aprendemos la importancia de escuchar a los demás. Momo no tiene ese afán de protagonismo, de egocentrismo que hoy en día está tan "de moda". Ella es feliz simplemente rodeada de sus amigos, viendo como juegan, o como se desahogan con ella cuando lo necesitan. Nunca interrumpe, considera que lo importante es escuchar y estar junto a las personas, para conseguir que se sientan mejor. Y en la pequeña ciudad donde vive Momo, vemos que sus habitantes la necesitan, que cuando están mal, acuden siempre a ella, y el "vete a ver a Momo", corre de boca en boca, como si fuese la mejor de las curas. Y para sus amigos, tanto niños como adultos, así es, Momo es la cura para sus problemas. Y sólo con ello, Momo ya es feliz.

Aquí tenemos la primera reflexión de la historia, tenemos que aprender a escuchar. En ocasiones es lo único que la gente necesita, alguien que les escuche, sin juzgar, sin hablar y sin hacer reproches o pretender imponer ideas. Sólo escuchar. Por desgracia es algo que cada día se pierde más, y quizá tendríamos que hacer un pequeño "stop", y empezar a dedicar algo de tiempo a ello, a sólo escuchar a nuestros amigos y familiares, y la importancia de estar rodeado de gente a la que queremos.

La segunda reflexión la tenemos cuando la tranquila vida de Momo se ve alterada, cuando los malvados hombres grises hacen su aparición. Los hombres grises quitan el tiempo a las personas. Les comen la cabeza de una manera tan sutil, que no se dan cuenta, que en vez de ahorrar tiempo para el futuro, lo están perdiendo, están perdiendo día a día su vida y la oportunidad de ser felices.

Trabajar más rápido, no dedicar tiempo a los demás, a entretenimientos, a algo que nos gusta, es lo primero que los hombres grises quitan a las personas. Para poder vivir, ellos necesitan ese tiempo, pero a la vez influye en que las personas no viven. Se transforman en algo parecido a autómatas, y además, dejan de ser felices. Cada día están más y más amargados, piensan que no ahorran el suficiente tiempo para su futuro, y no se dan cuenta que la realidad es que están perdiendo el tiempo.

Aunque la novela fue escrita en 1973, la pérdida del tiempo es un concepto que hoy en día es totalmente aplicable. Y más cuando, desde bien pequeños, los niños cada día están más absorbidos por los videojuegos, la tele e internet. En los parques apenas se ven niños jugando, con bicis, al escondite o inventando historias como era tan típico de antes. Cada día dedicamos menos tiempo a los demás, y eso también influye en nuestro día a día, y en parte a nuestra felicidad. de igual manera, por las circunstancias de la sociedad y la vida, también en ocasiones tenemos que trabajar más tiempo, lo que nos resta horas, minutos, para incluso dedicarlo a nosotros mismos, aunque sea para dar un paseo al atardecer y relajar el cuerpo y la mente.

Merece la pena pararse a pensar lo que Michael Ende nos plantea en "Momo", y la importancia de ello. Pero no sólo pensarlo, si no también ir un paso más allá, y hacer algo por cambiarlo, por evitar que la sociedad cada día se corrompa más, se destruya más.

Por eso creo, que si todos leyeran "Momo" e hicieran una pequeña reflexión, todos juntos dando ese paso, algo podríamos conseguir. Y si no es con su lectura, con el boca a boca, igual que hacían los amigos de Momo, con su "vete a ver a Momo", por algo tenemos que empezar.
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