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No soy objetiva. "Dear Evan Hansen" es uno de mis musicales favoritos; me hace llorar cada vez que lo escucho... (Y cuando lo veo en YouTube)... (Especialmente cuando lo veo en YouTube). Así que, considerando que este libro es una narración de la misma historia que llevo grabada en el corazón, era imposible que no me gustara. Quiero a Evan. Es medio pelotudo (perdón mi francés) pero es buen pibe, tiene muchos problemas, ponele, no es esa la palabra que querría usar. Desde el principio queda claro que tiene ansiedad y que necesita ayuda, pero también es claro que no quiere esa ayuda, así que no le sirve. Que es lo que nos pasa a todos: por muy mal que estés, si no querés ayuda va a ser muy difícil que mejores. Y ese es un mensaje muy claro en este libro. Evan, en su infinita bondad y timidez y ansiedad, toma una serie de malas decisiones que lo meten en una red de mentiras de la que no sabe cómo salir. Pero esas decisiones, esas mentiras, tienen un lado bueno. le muestran que no está solo. Que nadie está solo. Que mucha gente se siente como uno, que a mucha gente le cuesta desenvolverse en la sociedad, dejar de lado los miedos, animarse. E incluso cuando nos animamos, muchas veces nos sentimos como la mierda. Y eso es lo más importante que me deja siempre está historia: no estás solo. La narración es muy dinámica, muy emotiva, y me gusta como expande a todos los personajes para que puedas entender mejor por todo lo que pasan, todo lo que son, porque actúan como lo hacen. Y ese es un gran punto a favor de esta adaptación. La única crítica que le puedo hacer, como fanática de la obra de Broadway, es que el musical tiene más emoción, más impacto. Eso no significa que no haya llorado, el mundo sabe que soy una llorona. En resumen, me quedo con el musical, pero este es un muy buen libro de todos modos. |
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