 |
Antes de analizar el contenido de la novela, voy a dejarme llevar por su portada. He de decir que un juicio a primera vista me hizo pensar que se trataría de una novela juvenil romántica con una trama sencilla y con un desarrollo de los acontecimientos propio de los del género. Sin embargo, esta novela es mucho más que eso. La novela ahonda en temas como la soledad, el miedo, la incomprensión, … pero, por encima de todos ellos, prima la esperanza, esa que sigue brillando incluso cuando todo parece desmoronarse y la vida se torna en un sinsentido. En lo relativo a su lectura, tengo que destacar que su primera página me hizo quedarme más que sorprendida y pensar automáticamente que, en este caso, las apariencias me habían engañado. Estas primeras líneas me hicieron sentir que estaba más ante una lectura de prosa poética que de narrativa. Se trata de una novela que induce a la reflexión en torno a diferentes temas, por lo que saborearla requiere su tiempo. Por este motivo, recomiendo su lectura pausada y reflexiva. La novela se articula en torno a capítulos, mensajes de WhatsApp, notas en papel, publicaciones en blogs, fragmentos en un diario, e incluso una especie de diario de navegación que sólo cobra sentido al final de la novela y que enlaza a la perfección con la portada; esa que a priori resulta muy atractiva, pero que cuesta asociarla con el desarrollo de los acontecimientos. Si mezclamos la lectura y la música resulta una combinación perfecta. Así, en esta novela las menciones a canciones y a cantantes de diferentes estilos son frecuentes en todo el relato. Como seguidora de Rozalén, tengo que decir que me conquistó la referencia que hace a La puerta violeta. En cuanto a los personajes, no son numerosos y, además, sus nombres resultan familiares, lo cual hace que se pueda seguir el hilo de la novela sin ningún tipo de dificultad. de entre todos ellos destacan Leonardo, Angela y Laura (padre, madre e hija). Leonardo es un chico que ha visto cómo se marchaba el único y gran amor de su vida, y que tiene que lidiar en su día a día con su hija, una joven adolescente que se siente incomprendida. Por ello, el amor y la relación entre padre e hija cobra un papel fundamental a lo largo de todo el relato. Como nota curiosa tengo que decir que me he imaginado continuamente a Leo con la apariencia física del propio escritor. Me declaro una lectora amante de las citas por lo que, una vez más, empecé mi lectura dispuesta a extraer algunas de ellas. Es tal la prosa de este autor que ya en la primera línea de la novela me encontré de frente con un texto que requería ser destacado, sin embargo, son tantas las que aparecen a lo largo de todo el texto y tan maduradas y reflexionadas, que no me resultó una tarea sencilla. |
>
