Gin-tonic y palomitas

Desde luego, Elva Martínez Medina ha sido mi descubrimiento literario de lo que llevamos de año porque Gin-tonic y palomitas es el segundo relato suyo que leo y me ha encantado.
La trama parte, además, de mi tierra y, aunque yo no soy compostelana, me ha hecho ilusión que Santiago haya sido escogido por la autora como punto de partida para la historia de los protagonistas.
Aimi y Gael coinciden en un vagón de tren y comienzan a charlar, descubriendo así que, pese a que no se conocen de nada, tienen muchas cosas en común. Aunque tendréis que leer su historia para averiguar a qué me refiero porque no pienso deciros nada más, ja, ja.
El relato es muy ameno, tienen momentos divertidos —incluso algún que otro guiño cinematográfico— y unos secundarios que son la monda y que serían la envidia de cualquier agencia de inteligencia porque madre mía, qué manera de interrogar al personal, je, je.
Os lo recomiendo, sin duda.