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La historia está dividida en tres partes. En la primera, el protagonista cuenta su día a día, su rutina y cómo ve las cosas, en la segunda nos narra cómo fue su digamos huida, por las fases que pasó, y la última parte, de apenas unas pocas páginas, nos cuenta cómo vive ahora, su actual situación. Al comienzo nos encontramos con unos recuerdos de la infancia y juventud del protagonista. Tras pasarlos, nos adentramos en la actual vida de este. Descubrimos que el protagonista ha decidido alejarse de su rutina diaria y lanzarse a una nueva vida, pero no sabemos que ha provocado esto. Mientras tanto el protagonista nos va contando como era la vida que acaba de dejar. Vamos conociendo a diferentes personajes y algunas cosas de sus vidas. En general es un libro que invita mucho a la reflexión. Te hace reflexionar sobre bastantes cosas. Sobre cómo afectan las decisiones que tomamos ahora a nuestro futuro, sobre como la dejadez acaba siendo rutina, sobre cómo llega un momento en el que ya no hay vuelta atrás, en el que has dejado que todo avance tanto que ya no tiene remedio. Reflexionas sobre muchos aspectos de la vida en general y logras darles nuevas perspectivas, planteándote como es tu forma de vivir y hacía donde quieres encarar tu vida. Un gran punto a favor es que hay varias historias secundarias. No tienen tanta importancia como la principal y todas tienen en común al protagonista, ya que este está conectado con todas las historias secundarias. Estas historias son muy interesantes y algunas enganchan mucho. Me gusta la forma que tiene el autor de ir contándolas, de ir descubriendo poco a poco más coas sobre ellas. Hay cierto misterio, cierta intriga en toda la trama. Ya sea en la historia principal o en las secundarias, el autor siempre mantiene un buen nivel de intriga, que despierta tu curiosidad y te hace desear saber más. Hay varias piezas, que a priori parece que no encajan unas con otras pero que conforme avanzas en la trama ves que sí encajan, formando un puzzle muy bien construido. Cuando el protagonista comienza a narrar su huida, la historia se me hizo un poco cuesta arriba. Iba pasando las páginas casi sin ganas, pues no me motivaba a seguir leyendo lo que contaba. Tenía ganas de saber cómo acabaría todo, pero no me interesaba leer todo su viaje por las montañas. Aunque llega un momento, en el que la lectura te reengancha mucho, y ya no puedes dejar de leer hasta llegar a final. El final me encantó. No es muy largo, pero no es nada precipitado. Es bonito, tierno, precioso, de esos que se cuelan en tu corazón y hacen que cierres el libro con una gran sonrisa en los labios. Sin duda, el final es de lo mejor de la historia. Se cierra todo, se le da explicación a todo y no queda ningún fleco suelto. De los personajes poco puedo decir. El protagonista a veces me sacaba de quicio, en algunas cosas lo veo algo superficial y dado a indagar poco, prefiere quedarse con lo que él piensa de las cosas en lugar de saber cómo son de verdad. Rebe, su mujer, no me terminaba de hacer el peso, la puedo llegar a entender, pero a veces su actitud me descolocaba. En general, la actitud de ambos personajes no me gustaba, ambos eran demasiado dejados, demasiado cobardes. |
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