Los días que no se ven

El libro se desarrolla en Madrid en el año 2020, al comienzo del confinamiento, aunque los personajes nos llevarán también a años anteriores y comenzamos la historia en Navarra.

Carmen tiene todas las papeletas para ser feliz, pero no lo es. Pertenece a una familia muy rica, pero indiferente para con ella, tiene un estudio de arquitectura con su marido pero lo dirige él, y su matrimonio tampoco la llena desde hace mucho tiempo. 

La única persona que le ha demostrado cariño es la mujer que la cuidó hasta su adolescencia. En medio del confinamiento Carmen va al convento donde reside su tata. En su lecho de muerte le desvela un secreto que descolocará su mundo. Pero no será la única tradición a la que tendrá que enfrentarse. 

La autora nos ofrece una novela coral narrada en primera persona por sus protagonistas. Todas las tramas están relacionadas pero tenemos diferentes, e interesantes, historias personales que terminan confluyendo en el presente. 

Me ha gustado mucho, es fácil de leer y engancha desde el principio. Va saltando de una historia a otra, pero eso no nos saca de la lectura. Los temas son duros, pero están tratados de tal forma que no resultan muy  complicados de leer. La única pega que le pongo es que la novela se me ha quedado un poco corta. Se centra en Carmen y nos deja con la miel en los labios respecto a las vivencias de otras protagonistas. Sus historia están contadas por encima y te quedas con ganas de más. Pero la historia principal, la de Carmen, está bien explicada y no te deja a medias. 

Nos vamos a encontrar con envidias, traiciones, conspiraciones y una trama criminal que te hace pensar. También hay varias historia de superación y segundas oportunidades muy interesantes. Puede que tenga algo menos de intensidad que las anteriores obras de la autora, pero ha sido un placer leerla, como siempre. Os animo a darle una oportunidad a la autora y a la novela.