Cuando tienes muchos motivos para rebelarte no te puedes permitir el lujo de ser un rebelde sin causa.
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Cuando tienes muchos motivos para rebelarte no te puedes permitir el lujo de ser un rebelde sin causa.
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Cuando tienes muchos motivos para rebelarte no te puedes permitir el lujo de ser un rebelde sin causa.
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Lo único que queríamos era ser amadas. Tal como éramos, sin más.
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Cuando se hacía de noche en nuestro barrio vertical, las ventanas iluminadas de centenares de pisos minúsculos parecían ojos que nos observaran.
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La decencia, siempre la decencia, esa sustancia pegajosa que me habían arrojado encima sin saber yo lo que era
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Por eso no me quitaba el peso del pecho, porque no podía sentirme libre entre quienes nos dijeron que eran «los nuestros» y porque entre los «otros» era completamente invisible.
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Gregorio Samsa es un ...