Miniaturas. Un álbum de José María Eguren

Ésa quizá sea la clave del milagro egureniano: la sublime convivencia del horror con la ternura

Uno de los motivos centrales de la obra fotográfica de Eguren - también de la obra literaria, así como de la pictórica concentrada en sus acuarelas - es el del doble

(Eguren) fue no solo un pionero de la fotografía artística en el Perú y en América Latina, sino por qué es uno de los artistas plásticos que llevó a la fotografía hacia límites estéticos y filosóficos totalmente nuevos y desafiantes

Si con sus acuarelas Eguren busca una forma de intensidad cromática más bien etérea y sensual, con la fotografía da paso al uso predominante del blanco y negro, o los tonos azulinos oscuros, que hablan más bien de atmósferas densas y tetricas, mórbidas a veces; especie de mundo originario en el confín de los tiempos, allí donde se intercambia la vida y la muerte

Lima, como una especie de ciudad gótica, afirma una vocación como un universo onírico

Eguren nos cuenta que hay dentro o fuera de un lugar, "filma" alejamientos o "adentramientos"; su cámara fotográfica "simula", gracias al ordenamiento secuenciado de las fotos, un "movimiento"

Tenemos entonces una ontología de la soledad con seres que llevan, en sí mismos, la paradoja de nunca ser ellos mismos. Son personajes que están en el tránsito de fundirse o absorberse con un cosmos insondable - como esas playas vacías o campos eriazos de algunas fotografías

El efecto de circularización de la imagen, operación complementaria a la miniaturización, es el de la acentuación de la lejanía

Sus fotografías son miniaturas, son diminutas hasta el punto de incomodar al espectador

Es en la inaprehebsubilidad o intangibilidad, o en la tan mentada "lejanía" egureniana, que la imagen se hace no solo misteriosa, sino también íntima