Un libro muy interesante, intenso, bien escrito y documentado donde Edwards se justifica sobre los 3 meses y medio pasados en Cuba como encargado de negocios chileno y primer diplomático al extranjero nombrado por el gobierno de Allende. Será muy mal juzgado y rápidamente acusado de contra-revolucionario (después del caso Padilla) y será espiado a cada instante hasta su expulsión de Cuba. Fidel Castro no se dignará a despedirlo cuando sale hacia Paris con un nuevo puesto diplomático. Se entiende mucho mejor de cómo funcionaba la Revolución por dentro : ni más ni menos que una corte real. |