CRÍMENES SELECTOS

Edogawa Rampo es conocido como el Edgar Allan Poe asiático, un autor que bebe de los tropos del atormentado de Baltimore, pero que además insufla a sus cuentos de todo el sadismo, la extrañeza y la perversión de la cultura nipona.

En estos cuentos tenemos también una ambientación pulp, escritos en la misma época que del otro lado del mundo, en Occidente, se producía el auge de esta literatura, y aquí Rampo pone todos sus miedos, sus obsesiones, su truculencia e imaginación morbosa para narrarnos unos casos escabrosos que nos dejarán a más de uno con los pelos de punta. Su forma de escribir puede llegar a ser absorbente, cautivadora. Y a la vez extravagante y morbosa, y esto crea una dualidad extraña por la espontaneidad de las descripciones. Entenderemos que el autor no busca que al lector le importe demasiado quién perpetra el crimen, sino qué perversión o desviación mental induce a una persona normal a cometer semejantes atrocidades. Porque la mente humana puede ser lo más retorcido y perverso que nadie pueda imaginar.

El eroguro, género que Rampo manejaba a la perfección, tenía mucho de esto. Es decir, presentaba todo un abanico de personajes marginales sin ninguna ocupación, lo que los llevaba inevitablemente a la obsesión y la locura más abyecta, dispuestos a cometer crímenes aberrantes, imaginando ingenuamente que no podrían ser atrapados debido a la perfección con la que los cometían. Toda esta locura y perversión desatadas cubrirán estos relatos de un escenario pesadillesco e inquietante, con unos protagonistas que cruzarán todos los límites posibles, arrastrando al lector en un frenesí sicalíptico, donde no existirán ni el pudor ni la cordura.

En “Crímenes selectos” tenemos seis relatos de Edogawa Rampo publicados originalmente entre 1924 y 1931. Cada cuento de Rampo lleva la marca del nipón: una prosa vulgar, una trama ordinaria, personajes planos, y su imaginación morbosa y obsesiva. El primero, titulado “Gemelos”, es la historia de un condenado a muerte en cuya confesión nos habla de cierto crimen perfecto del que todavía las autoridades no saben nada. le seguirá “Un sueño a pleno sol”. Relato terrible donde un comerciante alardea de un maniquí extraño, demasiado humano…

“La butaca humana”: Me encantó este corto. Asombra el modo en que una cosa tan simple como recibir una carta de un admirador termina degenerando en algo tan perturbador. Cuarta historia, “La llegada de O-Sei”. ¿Puede el azar conjurarse para poder llevar a cabo un crimen perfecto?

Terminaremos con el relato “Bichos”, la narración más larga de todas con un toque de humor negro, descomposición, necrofilia… y "Los extraordinarios crímenes del doctor Mera", el mejor de todos, sin ninguna duda, con escenas verdaderamente aterradoras.

Como vais a comprobar en esta lectura, la locura y perversión de las que hablé antes sólo pueden ir de la mano del absurdo, y en estos cuentos el absurdo será una pátina negra que lo cubra todo... Funcionando unas veces en forma literal, sin ninguna lógica, y otras veces como un elemento de comedia, casi como salido de las páginas de algún escrito pesimista de Schopenhauer, dejando en el lector una sensación de mala leche realmente intensa.

Y es que todo está en la esencia humana: las pasiones, las pulsiones sexuales, las neurosis obsesivas y masoquistas más profundas y nocivas se darán cita en estos maravillosos cuentos. No podemos escapar de lo que somos, y las emociones siniestras y los vicios instintivos de los criminales que pueblan estas páginas no sólo nos divertirán inmensamente, cumpliendo sobradamente su función, sino que servirán como crítica social frente a las enfermedades mentales no tratadas.

Otra maravilla más de la mano de la editorial Satori.