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Críticas sobre El nombre de la rosa (43)
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joseluispoetry
 19 July 2019
FARENHEIT 451, DE RAY BRADBURY


Farenheit 451 de Ray Bradbury es una novela distópica pura. Como ya se sabe, una distopía es una utopía en su sentido peyorativo, una sociedad que se supone debería ser idónea pero que no lo es, simple y sencillamente porque los valores impuestos son indeseables para el ser humano.
Ray Bradbury escribió Fahrenheit 451 con una máquina de escribir que rentó en la biblioteca por $0,10 por cada media hora, pagando un costo total de $9,80, lo que significa que le hubo tomado exactamente 49 horas escribir el clásico[1].
Primero apareció en capítulos en 1952, en la revista Play Boy, cuando ésta era precisamente una revista mucho más completa y más integradora que su versión actual. La obra completa fue publicada al año siguiente, en plena época de la tan llevada y traída Guerra Fría, justo cuando el mundo se había dividido en dos bloques: los comunistas rusos y los capitalistas norteamericanos.
Como distopía pura, Farenheit 451 –algo así como 332 grados centígrados, temperatura idónea en la cual arde el papel- se erige como una civilización cuyo gobierno es represor y encierra en sí misma una fuerte relación con la época y el contexto económico, político y social norteamericano que la vio nacer. Aunque cabe aclarar que Ray Bradbury ya había cosechado fama con la novela Crónicas marcianas, publicada en 1950.
Concebida no como se asevera en Wikipedia, por un afán de protesta contra la muy lejana quema de libros en la Alemania Nazi de 1933; no como -algo más cercano a Bradbury- el lanzamiento de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki en 1945 (si Wikipedia tuviera razón en su razonamiento irracional, se quedarían atrás la quema de la inmensa Biblioteca de Alejandría, y aún más atrás en el tiempo, el incendio de Roma por Nerón y también hubieran contado); sino como una severa crítica a la prohibición de libros y a la “cacería de brujas” orquestada por el senador Joseph Mc Carthy ese mismo año, 1953, en el que los grandes artistas norteamericanos y extranjeros comienzan a sufrir de hostigamiento en la tierra de las promesas fallidas por la más mínima sospecha de que albergan en sus almas una pequeña pizca de “comunistas”. Recuérdese el triste y valiente caso de Lillian Hellman, la esposa del novelista del género negro Dashiell Hammet, quien fue sometida a un severo juicio, o la de los cineastas, como Dalton Trumbo y sus amigos, y a todos los políticos de la época, quienes fueron obligados a declarar ante el famoso tribunal anticomunista (una especie de Tribunal del Santo Oficio, sin ser santo y sin ser oficio, en pleno siglo XX) su desapego a las ideas de Marx y Engels.
Farenheit 451 es una novela sincrética, porque concilia dos universos de la mitología si no totalmente opuestos, sí distintos en sus puntos torales: el judeocristiano y el griego. Es una alegoría que reúne lo crístico con lo órfico, y que se reconcilian, se mezclan en el gran mito de la resurrección. Job, prefigura de Cristo, Orfeo, y el ave Fénix se dan cita en estas páginas.
En el fondo, Farenheit 451 encierra la eterna alegoría del paraíso perdido por recuperar. Un mundo patriarcal, autoritario, donde existe un dios en la figura del estado, que ha prohibido terminantemente el acceso al huerto del fruto del conocimiento.
Durante seis días dios creó el universo, al séptimo de ellos, el domingo, descansó. Por eso en Farenheit la eternidad comienza un lunes. Y precisamente, en alemán, Montag, que es el nombre del protagonista de la novela más leída de Ray Bradbury, significa lunes.
El lunes es el octavo día y a la vez el primero, en donde el hombre deja el ocio y se pone en acción, es el emblema del comienzo. Montag pertenece a una de las cientos de estaciones de bomberos que existen desperdigadas por toda la geografía del estado totalitario, la cual, paradójicamente, no se dedica a apagar incendios, sino a provocarlos en cada sitio donde se encuentren los grandes volúmenes nacidos del invento de Johannes Gutenberg.
Montag parece estar conforme con su vida, con su rutina de tragahumo y con Mildred, su querida, depresiva y amnésica esposa, quien siempre lo espera en casa y hasta celebra cada “hazaña” de volver cenizas a alguna biblioteca clandestina.
Todo comienza a cambiar cuando Montag conoce a la subversiva involuntaria Clarisse Macclellan, una muchacha rústica, silvestre, desenfadada, ajena a ese mundo que los rodea. Clarisse es una Eva futurista, un filósofo en potencia y su pregunta ontológica resulta ser el fruto demasiado apetecible con el que cimbra todo el, hasta entonces, reducido y conformista universo de Adán-Montag: -¿Es usted feliz?
De esa forma, Clarisse hace honor a su nombre: le brinda claridad a Montag. Es a la vez Eva y a la vez la serpiente que tentó a Adán-Montag en el Paraíso.
El sacudimiento de conciencia de Montag se completa cuando él, Beatty y el resto de su cuadrilla de bomberos acuden a incendiar un domicilio que ha sido descubierto y denunciado por una vecina de apellido Blake como guardador de libros en el ático en potencia. La dueña de la casa no sólo no sale a la calle, como ocurre la mayoría de las veces, en esos casos en que la casa habrá de ser devorada por el fuego, sino que es ella misma quien prende la cerilla que pondrá fin a su vida y a sus pertenencias. Montag se cuestiona sobre el posible sentido poderoso y oculto -aún a sus obnubilados ojos y a su mente embotada- que los libros encierran como para que un ser humano sea capaz de darlo todo por ellos.
Beatty es el memorioso jefe de la estación de bomberos donde Montag labora. Beatty está recalcitrantemente convencido de que su vida es perfecta. Él es el representante corpóreo del estado totalitario. Piensa que los libros son el verdadero estorbo en el camino a la felicidad, pues provocan una angustia existencial, por eso hay que acabar con todos. Y pobre de aquel que se oponga, el sabueso -ese perro mecánico, asignado uno para cada estación de bomberos, cuya aguja que inyecta procaína actúa como un poderoso sedante- irá por él. Y la casa donde habite el transgresor o la transgresora habrá de ser reducida a escombros.
Faber hace su aparición. Faber es un viejo profesor de literatura, es el homo faber que habrá de proporcionar las ideas y los medios para escapar del absoluto control que el estado ejerce sobre todos los ciudadanos, para iniciar el proceso de liberación. le proporciona a Montag un pequeño pero efectivo dispositivo para estar en constante comunicación.
Ray Bradbury nos recuerda el poder subversivo que tiene la poesía en quienes la escuchan, por eso cuando Montag, en un acto de ira por lo superficial que son, lee un poema en voz alta a Mildred y a sus amigas, una suelta el llanto desconsoladoramente, mientras otra se enfurece. Ésta es la razón por la cual según Platón deben ser expulsados de la República todos los poetas. Mildred no está dispuesta a seguir casada con el pobre Job-Montag que parece estar enloqueciendo. Ella y sus amigas lo denunciarán. Este es el clímax de la novela.
Cuando llegan al domicilio donde habitan los insurrectos, Montag ve salir a Mildred-Eurídice a la inversa, llevando sus cosas. ¡Entonces comprende tardíamente que es su propia casa la que tienen que quemar! Accidentalmente se le cae el dispositivo con el cual se comunica con Faber. Beatty lo recoge y asegura que dará con el subversivo para darle su merecido y obliga a Montag a que sea él quien prenda fuego a todo sin dejar un solo momento de hostigarlo. Montag, en un arrebato de ira, incendia a su jefe y al sabueso. Éste le inyecta el poderoso sedante. Aún así, consigue huir.
A final de cuentas, desposeído ya de todo, virtual y mediáticamente asesinado por otro sabueso, Montag habrá de unirse a esos hombres-biblioteca deambulando a las orillas de las ciudades, de las vías del tren y de los ríos y significan la última esperanza de la civilización. Son libros vivientes, la alegoría del ave fénix renaciendo desde sus propias cenizas. En ellos, el fuego no es un elemento destructivo, sino civilizador. Son grandes dialogantes. Buscan incentivar el calor humano. Saben que después de la guerra, que ronda por doquier como fantasma, mejores tiempos para ellos se aproximan.
Una alegoría excelente la de Farenheit 451, misma que presupone un abandono al progreso mecanizado y un regreso a los cinco sentidos y a la naturaleza. Montag es un moderno Orfeo volviendo del mundo de los muertos. El baño de lodo, de tierra, de cenizas, mientras es perseguido, nos habla de su renacimiento. Montag es el hombre que ha regresado a sus orígenes, a su útero materno, la madre tierra, para poder nacer nuevamente. Montag es el hombre nuevo constituido por lo antiguo. El sénex puer o el puer sénex, el viejo-niño, el niño viejo que dará al mundo un sentido más profundo, más significativo, por lo tanto más humano. Y qué puede ser el símbolo que reúne lo viejo con lo nuevo, lo muriente con lo naciente sino el ave fénix. El dios viejo que se hace un dios nuevo, como Jesús, el cristo.
[1] Ray Bradbury murió el 5 de junio de 2012 a la edad de 91 años en Los Ángeles, California. A petición suya, su lápida funeraria, en el Cementerio Westwood Village Memorial Park, lleva el epitafio: «Autor de Fahrenheit 451».
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aesede
 25 February 2019
Ya dijo Umberto Eco que para entrar en el monasterio había que subir la colina de la montaña. Este libro se siente así: las primeras doscientas páginas son duras, hay que salvarlas, hay que nadar entre términos y conversaciones teológicas para llegar al fondo del misterio que es el corazón del libro.

Aunque Umberto Eco y su tendencia a escribir ensayos dentro de sus novelas a veces me cansan, no puedo negar la relevancia y la belleza del libro ni su interés, a pesar de todo.

Si eres un lector al que le gusta una lectura rápida y fácil, este libro no es para ti. Si, como yo, disfrutas de profundizar en temas y entrar en ese modo "estudioso" que algunos libros facilitan, entonces dale una oportunidad a este ya clásico.
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ruedespoemes
 16 September 2020
No se puede esperar menos de un gran teórico literario como Umberto Eco.
La historia es sencilla pero tiene un gran trasfondo histórico. El comienzo es un poco lento, pero tal y como dijo Eco en una entrevista, él debe dar al lector todos los detalles del mundo donde transcurre la historia de sus personajes y, quien no pueda leer la introducción que nos ofrece, no estará preparado para continuar leyendo la historia. Considero que "El nombre de la rosa" y esta idea sobre la importancia de describir el contexto histórico, social y cultural de una obra marcan el comienzo del género de la novela histórica actual.
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Paloma
 20 January 2020
“…también podemos tener visiones de libros aún no escritos”

Este es sin duda, uno de los libros más complejos y demandantes que leí en 2019, y probablemente en toda mi vida. Y no debería sorprender, considerando que Eco es uno de los sociólogos y académicos más reconocidos del mundo. En ese sentido, es imposible no esperar que su obra contenga tanta erudición que en ocasiones, resulta abrumadora, aunque en el buen sentido.

El nombre de la rosa me ha causado opiniones encontradas. Objetivamente sé que me enfrenté a una obra que es un clásico y hay muchos elementos que lo demuestran: la construcción de la trama y el ambiente; la definición de los personajes; los diálogos, el conflicto principal; y la reconstrucción de un mundo medieval no sólo en términos del fondo sino también de la forma, ya que la estructura de la novela es tal cual se escribía en la época.

En ese aspecto, la obra me parece única y a ello le sumo que es también un gran homenaje al libro y al mundo de las bibliotecas. Hay muchas frases en donde Eco reconoce la importancia de los libros en el mundo, demostrando admiración y respeto de una manera bellísima y conmovedora.

Por otra parte, he de reconocer que en esta construcción monumental que es la novela, me sentí perdida en ciertos momentos: algunos capítulos y monólogos me parecieron excesivamente largos, con tantas y tantas ideas qué no sé qué grado realmente aportaron a la trama. El nombre de la rosa es una historia que mezcla géneros, filosofías y reflexiones y entre tantas cosas, en ocasiones perdía el interés, o la constancia de continuar leyendo, quizá por su densidad. Por ejemplo, Aldso y Guillermo de Baserville van a investigar en la abadía los asesinatos de varios monjes bajo circunstancias misteriosas y en ello, se debaten también bastantes ideas de la corriente franciscana. Lo cual en sí no está mal (gran parte del conflicto surge precisamente por la rivalidad/desconfianza entre las órdenes religiosas de la edad media y el poder cada vez mayor del Papa y del poder secular); sin embargo, había páginas y páginas de comentarios que me hubieran parecido más apropiados para otro tipo de texto, pero no para la novela. No son irrelevantes en sí, sino que, personalmente, creo que hicieron mucho más densa la novela. Sencillamente, creo que la mezcla de una historia que es un thriller, suspenso, con algo de sociología e historia fue demasiado para mí.

Sin embargo, reconozco el valor de la obra en general y sin duda, es de esos textos que merecen una relectura, para ir adentrándose en sus distintas capas y entenderla mejor. Por ahora, me quedo con que fue una novela compleja, que me exigió como lectora y que con todo, no puedo dejar de admirar por la ternura con que se refiere a los libros y por la extraordinaria reconstrucción de un misterio medieval desde todos los aspectos necesarios. Me quedo así precisamente con una de las frases de Eco dentro de la misma novela:

“Los libros no se han hecho para que creamos lo que dicen, sino para que los analicemos. Cuando cogemos un libro, no debemos preguntarnos qué dice, sino qué quiere decir…”
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lectoraaburrida
 22 September 2019
Mucho tiempo posponiendo esta lectura por miedo a no poder afrontarla y tenía razón.
Umberto Eco elabora una gran novela, interesante y culta pero a la vez pedante y farragosa en muchas ocasiones.
Hay mucho más en este libro que la simple trama policial, la retórica y la filosofía son parte importante y eso hace que a ratos la narrativa se vuelva densa para un simple lector (yo misma).
Destacables los guiños a autores como Borges y Conan Doyle entre otros y resaltar las numerosas citas y párrafos que el autor mete como propias a lo largo del libro (hay una escena en la que pensé que estaba leyendo El cantar de los cantares).
En fin, que me alegro de haberlo leído, he aprendido una barbaridad y me ha gustado mucho, pero no se si repetiré con el autor.
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umateo
 25 August 2022
Tras unas cuantas semanas para reposar mis pensamientos sobre esta obra creo que tengo una idea bastante clara sobre qué opinión me merece.
Esta novela es como el vino que con el tiempo mejora. ¿Por qué digo esto? Porque inicialmente escogí este libro por recomendaciones y por la trama. Una novela de misterio ubicada en una abadía benedictina del siglo XIV narrada a posteriori por el aprendiz del detective protagonista al más puro estilo Sherlock Holmes.
No obstante, al ir con esta idea me acabó siendo un poco pesada sobre la mitad de la historia porque iba con unos propósitos, a mi juicio, erróneos. Como ya indica Umberto Eco en sus Apostillas a El nombre de la rosa, este libro es una tesis histórica y filosófica sobre el conocimiento y el saber de la época, todo ello "maquillado" bajo una historia intrigante de novela negra. Desde la Poética de Aristóteles y su parte perdida sobre la comedia hasta el paradigma de la verdad entre el saber absoluto o la búsqueda de la verdad a través de la ciencia se plantea al lector un aproximado de 600 páginas de pura reflexión y curiosidad por saber más.
Por esto es que comento al principio que va mejorando con el tiempo puesto que al terminarla de leer, si se busca información sobre todos los temas que plantea el autor se queda una abrumado del trabajo, el empeño y el cariño que le puso al estudio del mismo, máxime si se tiene conocimiento previo del contexto de la historia.
En conclusión, una historia muy buena y recomendable, pero también muy exigente ya que requiere la concentración completa del lector (y quizá un poco de paciencia). No apta para leer en la playa.
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cintia21
 07 January 2021
Me lo leí hace años de adolescente y a pesar de que hay trozos algo pesados en los que habla sobre teología en el fondo me cautivó. Como amante de la novela histórica y de la de misterio este libro combina las dos y me hizo disfrutarlo mucho. Sin duda lo recomiendo.
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LalaMont26102001
 14 May 2020
Esta historia me parecio super atrapan te ya que a medida que avanza la historia uno se va enredando en el misterio y va sacando sus propias conclusiones. ⁣

💬 Otra cosa que me llamo la atención es el poder que puede llegar a ejercer un libro en las personas y me gusto mucho el hecho de que sea una novela histórica ya que amo la historia. ⁣

💬 En cuanto a los personajes me impresiono muchísimo el poder de deducción de Guillermo y me sentí muy identificada con Adso. Sin embargo hay otro personaje que ame pero prefiero no revelarlo debido a su importancia en la trama. ⁣
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JuanVergara
 06 March 2020
Mi libro de cabecera. Soy un fanático de la lectura a raíz de esta obra maestra,sin más.
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ErikaLorena
 09 October 2019
Es una historia bastante sorprendente. Este fue un libro que me costó leer, las primeras páginas son bastante densas y la presencia de frases en latín y extensas explicaciones filosóficas hizo que se me dificultara avanzar en la lectura. Me encantó la descripción de la biblioteca y la relación de confianza y amistad que tenían Guillermo y Adso. Me sorprendió demasiado el final, la verdad es que no me esperaba ese giro en la historia, me pareció un poco triste.
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¿Para qué viajan Fray Guillermo y Adso a la abadía benedictina?

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Para enseñar
Para resolver el misterio de las muertes de varios hermanos

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