Hablar de tus monstruos no es fácil. Como cualquier adolescente, Elisabeth no tiene una vida sencilla, pero hay algo que la diferencia del resto: Elisabeth tiene a Nore. Nore la acompaña a todas horas, hace que se sienta segura y le dice lo guapa que está cuando pierde peso. Nore tambien le prohíbe comer, le controla las calorías y le echa bronca si no le hace caso. Y Elisabeth la escucha. Hasta que, un día, su cuerpo llega al límite y es ingresada en la Sala Blanca, donde los monstruos como Nore no pueden entrar. No voy a mentir, esta novela puede ser muy dura en algunos momentos, a pesar de que la autora agregue algo de humor. El tema a tratar, los TCA, es complejo y doloroso, y una pequeña novela gráfica no puede abarcar toda su complejidad (como bien indica la autora), pero puede servir para que muchas personas abran los ojos y se den cuenta de su realidad o la de algún ser querido, o simplemente para comprender y no estigmatizar tanto a personas con estos trastornos. La figura de Nore es una representación de un trastorno que ayuda a que les lectores podamos entrar en la psique de la protagonista y comprender un poco sus entresijos. Una decisión muy acertada y que da más viveza a la historia. En definitiva, esta novela gráfica es dura, pero necesaria. La autora abre su corazón y se atreve a contar una dura experiencia que puede servir a mucha gente para comprender una problemática que afecta a muchísimas personas en el mundo, además de mostrar una vez más lo enferma que está nuestra sociedad con el elevado valor que le da a la estética, por encima de la salud. Irbis. + Leer más |