Una habitación con vistas

Hacía tiempo que no me costaba tanto un libro y no me creaba sentimientos tan contradictorios. Después de un inicio confuso, con dificultad para conectar con la historia y los personajes, quizás por el estilo narrativo del autor, quizás porque en los diálogos no estaba claro quién hablaba en cada momento, quizás porque la historia se hacía aburrida por momentos, he tenido que hacer un parón y replantearme si continuar o abandonar. Por último la decisión de seguir y darle otra oportunidad ha sido acertada.
En la segunda parte, pese a un salto temporal que no me ha gustado demasiado, todo ha empezado a mejorar. He ido conectando con la forma de narrar de Forster. Ha ido cogiendo más ritmo y todo ha empezado a fluir. He ido encontrando una ironía muy inteligente y unas reflexiones muy avanzadas para la época en que se escribió. Sus ideas sobre la igualdad de género y la importancia de hacer lo que uno piensa que le hará feliz en la vida, sin tener en cuenta los prejuicios o lo que se espera de él, sobre todo si se trata de una mujer, me han parecido geniales.
Y finalmente he entendido que el mensaje que el autor quiere dar a través de sus personajes tiene mucha fuerza y es más importante que la propia historia. La evolución que hace Lucy de principio a fin es como un grito a la libertad individual, es una reivindicación para ser tratada con igualdad de condiciones, es el encuentro con el yo interior anhelado durante mucho tiempo. Y desde ese momento todo toma sentido. El título es del todo adecuado para representar de forma metafórica las ansias que muestra la protagonista por abrirse al mundo y contemplarlo de forma diferente, abriendo las alas ante todo lo que éste le pueda ofrecer. Y estas vistas a la maravillosa Florencia representarán para ella un antes y un después que ya no podrá cambiar. Pero conseguirlo no será fácil, sin antes renunciar a la vida conocida hasta ahora y a las personas que para ella eran importantes. Y lo que podría quedarse en un simple triángulo amoroso, acaba convirtiéndose en una crítica a una sociedad ya caduca en contraposición con los nuevos aires de modernidad que empiezan a surgir al inicio de un nuevo siglo.
Aunque en algunos momentos le ha faltado intensidad para transmitir emoción al lector, sus frases han estado llenas de lirismo y debe leerse poco a poco para saborear lo que nos quiere decir y captar la sutileza de lo que no se dice . Me alegro de haber descubierto la prosa de Forster y seguramente le voy a dar una segunda oportunidad con alguna otra de sus novelas.
Libros como éste me confirman que mi manía de terminar siempre las lecturas que empiezo a menudo vale la pena.

#RetoEdwardianspirit de la cuenta @victorianspiritsblog, premisa “Un Libro E.M. Forster”.

Primer acercamiento que hago a Forster, un autor a quien tenia muchas ganas. Quizás hubiera preferido iniciarme con él con “Regreso a Howard's End” o “Mauricie” , pero la gracia del reto es quitarme algunos de mis eternos pendientes, y en mi estantería solo tenia ese libro de este autor. Así que todo recto y adelante.

La novela empieza con la llegada de Lucy Honeychurch y su prima Charlotte Bartlett a Florencia, instalándose en una pensión plagada de compatriotas ingleses. El descontento de ambas mujeres con las vistas de los cuartos que han alquilado las llevaran a conocer a los Emerson, un padre y su hijo que no son muy populares entre el resto de huéspedes. Lucy y el joven George desarrollaran una atracción que se contrapone a todas las convenciones sociales en las que ella se ha criado, y que la obligarán a huir precipitadamente de Florencia. A su vuelta a Inglaterra, Lucy asumirá el rol que se espera de ella prometiéndose al mundano Cecil Vyse. Pero su pasado, sus propias dudas y deseos y una coincidencia imprevista no la dejaran aceptar su papel tranquilamente….

Seré sincera: me ha gustado bastante esta novela, y creo que tiene muchas cosas buenas que voy a ir comentando más adelante poco a poco. Pero, a la vez, hay algo en ella que me ha faltado. Me ha resultado una lectura muy fría en no pocas ocasiones, no he terminado de conectar con ella hasta prácticamente su final. Y creo que esto se debe a la forma de trabajar del propio Forster. A lo largo de toda la narración si ha habido algo que me ha descolocado es la impresión de que todo estaba demasiado bien medido, de que cada pieza encajaba en el todo que era la novela de una manera demasiado perfecta. Y para mi eso le ha restado puntos, ya que como lectora le ha quitado cualquier evocación a frescura, naturalidad u improvisación, elementos que creo que no hubieran desentonado nada con el tipo de historia que Forster nos propone aquí. La vida raramente es tan organizada o cuadriculada como lo que he percibido en este libro, y eso se nota en cuanto a que me ha costado muchas veces dejarme llevar por la trama y sus personajes.

En esto sospecho que también tiene mucho que ver la propia forma de narrar de Forster. Porque si algo ha conseguido “Una Habitación con Vistas” es sorprenderme. Y de forma muy grata en no pocas ocasiones. Me esperaba una novela más liviana de leer y con menos transformado o profundidad. Una historia romántica con una pizca de critica que se leyera de una sentada. En cambio me he encontrado con una forma de narrar que obliga al lector a ir lento, a pensar y repensar las líneas que tiene ante sus ojos. Porque el autor tiene una pluma tan increíblemente sutil y plagada de simbología, en la que cada frase tiene un significado más profundo y diferente de lo que parece a simple vista. A lo largo de toda la lectura me paso, en no pocas ocasiones, que algún comentario o frase me descolocaba porque no entendía su significado total. Tenia que seguir leyendo algunas frases más adelante para captar que es lo que quería decir exactamente y entender todo. Creo que esto hace que la lectura sea, cuanto menos, curiosa. Como he dicho antes, obliga a estar pendiente y puede hacer que te impliques en lo que se cuenta de una manera extraña y pocas veces visita. Pero por otro, también puede ralentizarla, tanta sutileza puede hacer que se pierda de vista lo que es la trama propiamente dicha, y hacer que todo sea bastante frio. A mi, en lo personal, me ha parecido una manera de narrar que llama la atención cuanto menos. Por toda la complejidad que oculta tras su aparente sencillez y el ritmo pausado e introspectivo que tiene priman durante las más de 230 páginas que tiene la novela.

Esta placidez en la escritura se da de la mano con una presentación inicial del entorno y de sus principales actores muy ágil en la que los pequeños detalles lo son todo. La primera parte, que tiene lugar en la ciudad de Florencia, me ha parecido magistralmente escrita de principio a fin, llena de lo que vulgarmente podríamos llamar salseo y con una ambientación de Florencia impecablemente realizada. La segunda parte, en la cual conocemos el hogar de Lucy en Inglaterra y su círculo social y familiar, es quizás más lenta y más sutil, más enfocada en lo que ocurre de manera interna y en la transformación y evolución de los personajes. En ella me pareció que todo iba más lento, y quizás por ello hubo escenas en las que me aburrí un poco. Como dije antes, no hay puntada sin hilo en esta obra. Las criticas hacia la sociedad Eduardiana del momento son una parte esencial de la novela, aparecen constantemente en la misma y son acidas y certeras como dardos. Forster representa nítidamente la forma de vivir y pensar de las clases altas de la Inglaterra del momento, sus escenas costumbristas representan como un cuadro como eran sus vidas y su ideología, lo férreo de sus convenciones y la forma tan implacable como estas moldean sus vidas. de hecho, muchas veces me ha quedado la impresión de que las escenas costumbristas eran tan excesivas y tan enfocadas en la ironía y la critica social, que hacían que el lector perdiera de vista otros aspectos argumentales de la novela. Hay amor en esta novela, se habla de eso y forma parte de su trasfondo, si. Pero lo acompañan muchas más cuestiones. Si hay algo que me ha sorprendido muy gratamente encontrarme en esta novela ha sido las críticas hacia el papel de la mujer dentro de la sociedad, la forma en que Forster defendía su derecho y su capacidad a ser libres y actuar como quisieran, a tener voz propia. Me han sorprendido tan gratamente porque me han parecido de una actualidad rabiosa. Muchos de los diálogos y las ideas en torno a esta cuestión son perfectamente aplicables al momento que vivimos hoy en día y no han perdido vigencia para nada. Y este aspecto tan reivindicativo y adelantado a su época es algo que no esperaba para nada encontrarme en esta novela, y que ha sido una de las cosas que más he disfrutado de la misma.

Forster se toma su tiempo para presentarnos el conflicto entorno al que pivota el argumento, y pone mucho el énfasis en la psicología de sus personajes. A nivel literario, esto me ha parecido uno de los aspectos que más me han gustado. Me ha parecido una maravilla como Forest va desarrollándolos de una forma lenta pero segura. Es que, incluso los caracteres más secundarios están desarrollados con todo lujo de detalles y un realismo psicológico increíble. Nos encontramos ante personajes que son profunda e inequívocamente humanos, con sus luces y sus sombras. Vamos conociéndoles de una manera paulatina, y eso ayuda a preciar mejor su complejidad y la manera en que las convenciones sociales han marcado, de una forma u otra, como actúan y como piensan, y, por ello,acaban por condicionar sus existencias. Si tuviera que señalar cuál es el núcleo emocional de esta novela, diría que sin duda alguna es la evolución de su protagonista, Lucy Honeychurch. Todo su paso por la obra puede definirse como una autentica y pura catarsis que acaba por purificarla de cualquier escrúpulo social y ayudándola a encontrar la felicidad. La evolución de Lucy está detallada a lo largo de toda la novela de una forma detalla y creíble, de manera con la que es fácil empatizar. Es una delicia ir viendo como la convencional y correcta jovencita va aprendiendo poco a poco a dejar atrás las ideas y prejuicios que la han ido atrapando desee su niñez, poco a poco, como una tela de araña. Una tela de la que va lentamente despojándose hasta encontrar su propia voz al aceptar sus deseos más íntimos como parte de ella. Mención especial para el personaje de su prima, Charlotte Bartlett. Es un personaje lleno de matices. al principio parece ser la típica solterona victoriana destinada a ser la antagonista de la historia, llena de prejuicios, victimista y pacata, formada por convenciones sobre convenciones. Pero cuando menos te lo esperas, la señorita Bartlett demuestra tener sus propias armas y una capacidad de persuasión que le confiere una capacidad de influir en los acontecimientos que nadie le hubiera otorgado en un principio. Y, al mismo tiempo, es un personaje con ideas propias, capaz de sorprender a los propios personajes y al lector cuando menos te lo esperas.

Para acabar, solo decir que con sus luces y sus sombras, aunque no vaya a ser la mejor lectura que he hecho a lo largo del año, “Una Habitación Con Vistas” ha logrado sorprenderme muy gratamente, y con eso me quedo. Quizás el final me haya dejado un poco fría porque me pareció un tanto exagerada y sin sentido la reacción de la mayoría de personajes a la decisión final de Lucy. Una idea típica de una hija del siglo XXI, pese a lo magníficamente que el autor nos transporta a la ideología de las clases altas de la Inglaterra de principios del XX. Pero aún así, creo que es una buena lectura. Es una novela que trata sobre el amor y el costumbrismo, si, pero también sobre la libertad, el crecimiento personal y la aceptación de uno mismo pese a lo que el resto del mundo dicte. Creo que hubiera disfrutado más esta obra si la hubiera leído en otro momento. Otro en el que no estuviera a las puerta de un parón lector y prácticamente no me obligase a leer lo poco que logro hacer cada día. Desde luego, el libro merece mucho la pena, aunque solo sea por lo modernas y adelantadas a su época que son muchas de las ideas que defiende. Espero poder leer mas trabajos de este autor, ya no solo porque les tenga echado el ojo de antes. También porque, a grandes rasgos, me ha dejado muy buen sabor de boca. Especialmente quiero hincarle el diente a los dos libros que mencione al principio.

En la primera parte, nos encontramos con Lucy Honeychurch y su prima, la señorita Barlett de vacaciones en Florencia. Allí harán amistad con un grupo de personas que también pasan unos días en Italia. Principalmente, se verán inmersas en varias situaciones que las obligarán a entablar relación con los Emerson, un padre y un hijo bastante peculiares. Cierto suceso, servirá de excusa para desencadenar toda la trama. En la segunda, nos encontraremos con que Lucy se ha prometido repentinamente. Y no digo más.

Esta novela tiene varios puntos muy interesantes. En primer lugar, el señor Emerson. Este personaje huye del puritanismo de la época, de esa conciencia de lo "discreto" y se comporta de manera natural y cercana con todo el mundo. Tiene varios momentos brillantes donde cuestiona la fe religiosa de manera fánatica, o cuando alaba la actitud de la "nueva mujer" que busca su libertad a través de una mayor independencia. Me ha parecido un personaje espectacular. He tomado muchas notas de citas de la novela y casi todas eran de este personaje.

Por otra parte, tenemos la increíble evolución de Lucy. En las primeras páginas, Lucy aparece como una niña de buena familia que acata lo que su desagradable prima considera "buenos modales" en una señorita. Parece estar muy acostumbrada a hacer lo que le dicen y a vivir con ese absurdo decoro que limita cualquier deseo propio. Pero en la segunda parte de esta novela, veremos como Lucy empezará a cambiar y poco a poco irá ganando confianza en sí misma. Hasta que llegue la ruptura final con la antigua Lucy, a través de una gran discurso que me cautivó por completo.

La primera parte de la historia me enganchó rápidamente. Pero es cierto que el inicio de la segunda parte me resultó algo cansino y se me hizo un poco cuesta arriba. Sin embargo, lo ha compensado todo este tramo final. Me ha gustado ver en el autor un adelantado a su época. Otro claro ejemplo de que la época no justifica que un autor sea conservador e intolerante en su contexto. Los hay como Forster que remueven muchos ideales anticuados y los ridiculiza. Y cuando te encuentras autores así, es una gozada. Estoy deseando leer Maurice.

Hace unos meses leímos en el Dark Academia Bookclub este libro de E.M. Forster, una habitación con vistas. En estas páginas conocemos a Lucy que está de vacaciones en Florencia con su prima. En la ciudad florentina coinciden con los peculiares Emerson. Lucy siempre había seguido las directrices que marcaba la sociedad. A lo largo de sus páginas, vemos como nuestra protagonista se debate entre lo que siente en el corazón y lo que marcaba la sociedad.

🍋 Un libro para leer poco a poco, la historia no tiene un ritmo trepidante pero te entretiene y tienes ganas de trasladarte a Florencia con una guía Baedeker. El libro me entretuvo y me hizo desear pasear por las calles de la ciudad florentina.

🍋 La edición de Viena es preciosa y me entró por los ojos desde el primer momento, me generó curiosidad.

Empecé esta novela con las imágenes de la adaptación cinematográfica en la cabeza. Quizás por ello he podido avanzar al principio de la historia -la traducción no ayudaba-, pero pasada esta primera parte la novela me ha llevado con facilidad. Los personajes bien dibujados; los detalles en la narración que parecen nimios pero son esenciales; los giros adecuados para que el argumento se construya y la historia avance.
Hay una contraposición entre las rígidas normas heredadas de la era Victoriana y las nuevas que se abren con la llegada del siglo XX, sobre todo en lo que atañe a las mujeres. Es la época de las primeras sufragistas. Lucy, el personaje principal, y Charlotte, su prima y vigilante, son las figuras que ponen cuerpo a estas imágenes. Hay una dualidad entre los prejuicios y la realidad, entre lo que se espera de cada uno y lo que realmente se quiere, entre el amor y la posesión. Hay alegatos a favor de la igualdad de la mujer, de su capacidad para decidir su propia vida.
Es un libro corto, pero intenso; una lectura amable que te deja un buen ánimo. Nos puede parecer anticuado, pasado, pero realmente es una gran novela por que nos sigue hablando de decidir entre lo que otros quieren de nosotros y los que nosotros deseamos hacer. Si al principio te parece algo complicado de seguir, no desistas; pasado ese primer tramo la historia va rápida y te logra interesar.

'Una habitación con vistas' de E.M. Forster, publicada en 1908, es una novela genial donde chocan la rigidez y el clasismo de la sociedad inglesa contra la búsqueda de libertad y felicidad de la protagonista, Lucy.

Lucy Honeychurch viaja a Florencia acompañada por su prima y desde el momento en que pisan la pensión Bertolini sabes que esta historia no te dejará indiferente. La trama se presenta de forma abrupta y caótica cuando aún no conocemos ninguno de los personajes y sentimos en nuestra propia piel el caos que rodea la Lucy y Charlotte.

La historia me enganchó desde el principio, caí de lleno en la red de en Forster.

Una maravilla que invita a reflexionar sobre el sentido de la vida mientras conocemos a los diferentes personajes y sus anhelos.

Una habitacion con vistas, ( A room with a view ) 1908
E. M. Forster
@rba_libros 1991
Traducción de Marta Pessarrodona

Tomando como excusa las peripecias de un variado grupo de ingleses reunidos en la misma pensión de Florencia, y centrándose en el despertar sentimental de la joven Lucy Honeychurch, E. M. Forster escribe una maravillosa novela que refleja tanto la lucha interna de Lucy por encontrar su propio camino, como critica la encorsetada sociedad británica de principios del siglo XX con premisas muy válidas en la actualidad.

Merece la pena ver la bellísima versión cinematográfica dirigida por James Ivory en 1985 y protagonizada por algunos de los más brillantes actores británicos : Helena Bonham Carter, Maggie Smith, Julian Sands, Judi Dench, Daniel Day Lewis.....

Tercera etapa del viaje : Florencia #lavueltaalmundoendocelibros

La ciudad italiana siempre estará asociada a esta novela y su adaptación cinematográfica. 💮🌸💖

#aroomwithview #unahabitacionconvistas
#emforster #leeresvivir #leermola #libros #leoclásicos #britishclassic

Es la novela escrita por E.M. Forster en 1908 y llevada años más tarde al cine por James Ivory.
Está ambientada en Florencia y la campiña inglesa.
Narra la historia de amor que sucede en Italia entre Lucy, una joven inglesa, y George; pero ella tendrá que regresar a Inglaterra para encontrarse con su prometido, Cecil.
Me ha encantado volver a recorrer algunos lugares de Italia que se mencionan y donde se desarrolla la historia, aunque esta edición en concreto tiene una mala traducción que entorpece su lectura y que no permite captar en muchos momentos ese humor tan sutil e ironía propios del autor.
Me ha gustado su protagonista Lucy, al principio encorsetada en los convencionalismos sociales de la sociedad inglesa, pero que logra evolucionar y liberarse de ellos, y por supuesto me quedo con ganas de leer Regreso a Howard End, también de Forster.

No me podía imaginar al principio de esta lectura lo que me iba a gustar esta novela. No sé si por el estilo o por la descripción de esa comunidad británica snob en mi adorada Florencia, pero mientras leía sus primeros capítulos no me esperaba encontrar demasiada profundidad en sus páginas.

Sin embargo, a medida que avanzaba y que iba conociendo mejor a Lucy, esa joven inglesa que viaja acompañada por su prima solterona e irritante Charlotte, me fue enamorando poco a poco hasta llegar a una conclusión final con un mensaje tan positivo para la época en la que está escrita la novela (1908) y un girito final tan interesante, que cerré el libro con una sonrisa de satisfacción total.

Algo que me ha ido gustando cada vez más de 'Una habitación con vistas' fue la narración: cómo Forster se va haciendo notar de vez en cuando con sus ironías y sus críticas. Sobre todo me encanta cuando se mete en la cabeza de algunos de los personajes, todos ellos inolvidables. Y tiene escenas de una absoluta belleza. Así que en medida de mis posibilidades, repetiré con el autor.

Hace casi cuarenta años que no leía a Edward Morgan; cuarenta años desde que devoré uno tras otro todos sus libros publicados (alas! bien pocos son): el descubrimiento ya no es, el deslumbramiento sigue vivo.

Una habitación con vistas bien puede representar el momento culminante de la novela clásica inglesa: rabiosamente perspicaz, audaz y prudente, ofreciendo capas y más capas de significados y sugerencias, tan fascinante como la vista de Florencia desde el camino a Fiesole podría aparecerse a unos jóvenes del comienzo del sigo pasado, aún saliendo a la vida, sin Baedeker.

Lucy Honeychurch se resiste contra las arenas movedizas, contra lo que se espera de ella, y después contra ella misma; intenta engañarse a sí misma y luego a los demás, pero antes que pase a formar parte del vasto ejército de los ignorantes, el dios Pan encarnado en el señor Emerson le hará despertar de su letargo, mientras la musa de la comedia prepara sus alas para llevarla de nuevo a orillas del Arno.

Más de una sonrisa, un estremecimiento continuo y una desesperación fugaz quedan atrás y permanecen en nuestra hondura al cerrar este prodigioso, discreto y siempre pertinente libro.

“There is a certain amount of kindness, just as there is a certain amount of light,” he continued in measured tones. “We cast a shadow on something wherever we stand, and it is no good moving from place to place to save things; because the shadow always follows. Choose a place where you won't do harm—yes, choose a place where you won't do very much harm, and stand in it for all you are worth, facing the sunshine.”

"That evening and all that night the water ran away. On the morrow the pool had shrunk to its old size and lost its glory. It had been a call to the blood and to the relaxed will, a passing benediction whose influence did not pass, a holiness, a spell, a momentary chalice for youth."

“I taught him,” he quavered, “to trust in love. I said: ‘When love comes, that is reality.' I said: ‘Passion does not blind. No. Passion is sanity, and the woman you love, she is the only person you will ever really understand. {...} Take an old man's word; there's nothing worse than a muddle in all the world. It is easy to face Death and Fate, and the things that sound so dreadful. It is on my muddles that I look back with horror—on the things that I might have avoided. We can help one another but little."