Cuentos reunidos

Ámparo Dávila es una autora fundamental dentro de la cuentística fantástica y de terror latinoamericana, sus cuentos son singularmente extraños, sacuden, seducen, inmocodan y también enternecen. Esta obra recoge los libros de cuentos publicados desde Tiempo destrozado (1959), Música concreta (1961), Árboles petrificados (1977) y Con los ojos abiertos (2008) este último inédito, incluye algunos de los últimos textos que escribió.

Había leído con anterioridad parte de su obra, difícil de conseguir impresa por lo que se agredece esta coedición entre el Fondo de Cultura Económica y Páginas de espuma.

Decidí hacer una lectura desordenada dejándome guiar por los títulos de los cuentos o el azar de abrir el libro en cualquier página. Lo curioso de este recorrido es que hubo una sensación constante, difícil de describir, una especie de misterio que subyace en lo que no se nombra o no se produce (en estos cuentos nunca se nombra al monstruo pero se lo siente). Misterio también relacionado con "lo posible después de" al finalizar cada relato, porque los finales no terminan de cerrarse, más bien se abren a preguntas, posibilidades e interpretaciones.

Otra constante es la intrusión de lo siniestro, turbio, oscuro en la cotidianidad, en los vínculos familiares, en escenas domésticas y situaciones naturales, aunque en unos cuentos esto se vincule más con los fantástico y en otros con el terror. También hay mucha poesía.

Me quedo corta de adjetivos y explicaciones, pero creo que es una autora que sin duda se debe conocer.

RECOMENDADO:
Cuentos reunidos de Amparo Dávila (1928-2020)

Narrativa -Literatura mexicana-

Se trata de una de las escritoras y poetas más enigmáticas de los últimos tiempos. A pesar de relacionarse con influencias como J. Cortázar, E. Poniatowska o C. Fuentes, incluso A. Reyes -de quien fue asistente-, optó por la marginalidad al no querer ser referida dentro de una generación. Sus apariciones en público fueron escasas, un caso de extrañeza semejante al de la inigualable C. Lispector. Solo hasta entrada a una edad más madura los críticos empezaron a difundir sus textos, tras estudiarlos y descubrir un estilo único e inquietante. Su obra, aunque breve como la de J. Rulfo -con quien ha sido comparada al mismo tiempo que con E.A. Poe-, causa un impacto con esa sencillez que le caracteriza y la sutileza con la que logra develar la monstruosidad de personajes irrepetibles, capaces de transmitir la soledad y la angustia. Todo esto es, quizá, porque su vida estuvo marcada por dichos aspectos, o la muerte, pues todos sus hermanos murieron y creció cerca de un cementerio, desde el que contemplaba una y otra vez las marchas fúnebres, que entremezclaba con el imaginario popular de los ruidos, gemidos desgarradores o movimientos sin explicación que auguran la presencia de un ser que estremece y pocas veces se deja ver.
Este libro reúne toda su producción narrativa. La mayoría de sus personajes son mujeres, y con ellas explora el miedo y la alucinación demencial, con una visión introspectiva en cada una. La violencia también se manifiesta sin escapatoria, y las emociones que engendra sus fantasías la convierten en inclasificable, con una especie de realismo gótico.

Fue acreedora de becas para continuar escribiendo, además ganó el Premio Xavier Villaurrutia 1977; Premio Jorge Ibargüengoitia de Literatura 2020; y la Medalla Bellas Artes 2015.

@Juliiann0


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“Y comprender, tú bien lo sabes, es ahondar, llegar hasta el alma, pero llegar hasta ahí estremece por temor a encontrar solo tedio, o quizás el deslumbramiento, algo que encadene para siempre, o también diversas formas de amor o de miedo”.

De Amparo Dávila son pocos los datos sobre su vida que se conocen. En las entrevistas concedidas, se advierte a una mujer hermética que a duras penas consigue levantar la vista del suelo para dar respuesta a todas las preguntas que se le vienen encima. El mundo que asoma a sus ojos aparenta ser oscuro y solitario, tanto como lo son sus cuentos.

A lo largo de ellos, el amor, la soledad, la violencia, la búsqueda de la propia identidad, la muerte o el duelo ante la pérdida son algunos de los temas que atraviesan a sus protagonistas. Estos personajes presentan una psicología muy bien definida y afrontan los diferentes problemas desde lo más puramente cotidiano; la experiencia hace que el lector sienta esa necesidad de encontrar en ellas las respuestas a todas sus preguntas. En ocasiones, el relato llega a incomodar por lo macabro y lo salvaje de algunas escenas, así como el modo en el que dichos personajes piensan y actúan.

Sin duda, con su literatura, Dávila ha conseguido invocar y convocar a todos sus lectores que han sabido encontrar en ella el camino hacia la búsqueda de su propia identidad.