La sospecha

Me lancé a por este libro sin investigar y, cuando ya lo tenía, descubrí que formaba parte de una serie de dos libros protagonizados por el comisario Bärlach, y evidentemente, este es el segundo. Son casos independientes y autoconclusivos, pero tal vez me hubiese gustado tener más datos del comisario. Sea como sea, en cuanto pueda me haré con el primero, “El juez y su verdugo”.

En esta novela, nos encontramos con el comisario Bärlach, convaleciente de una operación destinada a alargarle la vida un poco más, ya que padece un cáncer incurable. Hojeando un artículo de una revista, ve cómo su amigo y doctor empalidece cuando cree reconocer en una foto de un cruel doctor que practicaba operaciones sin anestesia en el campo de concentración de Stutthof, a un antiguo conocido suyo y actual director de una prestigiosa clínica suiza. Enseguida se convence de que es imposible, ya que el personaje de la foto está muerto, pero con su primera reacción nace en su amigo el comisario una sospecha que no le dejará descansar hasta que haya llevado a cabo una investigación.

No es la típica novela policíaca llena de giros y acción. El libro es bastante corto y dedica pocas páginas a la investigación en sí, centrándose más en dilemas morales, debates sobre el bien y el mal, sobre la vida y la muerte. Por supuesto que tiene sus giros pero no es lo más llamativo del libro. Me parece una novela muy reflexiva y filosófica, que me dejó con ganas de más y, por las opiniones que he ido leyendo, parece que la primera parte es incluso mejor que esta, así que definitivamente la leeré.

Me ha gustado mucho el título de la novela ya que realmente nos muestra cómo el germen de una sospecha puede crecer en nosotros y no abandonarnos hasta haber podido confirmarla o descartarla.
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