La novela Palos de ciego es mi primera tentativa en el género narrativo y ocupó mis ocios de una travesía del Atlántico que duró el doble de lo previsto. Cabe decir que fue escrita en el agua, como el nombre de Keats en su epitafio romano, con la diferencia de que el nombre del poeta estaba llamado a perdurar y el mejor destino de mi manuscrito hubiera sido el de ser arrojado por la borda y devorado por los peces. Pecado de juventud, confesión general, desahogo puer... >Voir plus