Dioses despiadados

Sin entrar en muchos detalles sobre la trama, os cuento que continuamos acompañando a Nadya en su aventura por tierras hostiles, mientras vamos desentrañando los secretos que ocultan los dioses y que hacen que se tambaleen los cimientos de la fe y creencias de nuestra protagonista.

Debo decir que esta segunda parte me ha decepcionado un poco. No al nivel de que no me haya gustado, pero sí que lo he disfrutado menos que la primera parte. Especialmente, porque me aburrían los capítulos de Serefin... No es que no pasen cosas, de hecho, se podría decir que son más importantes a nivel de worldbuilding y de descubrir qué pasa con los dioses. Pero disfrutaba más de los capítulos de Nadya y de cómo sobrelleva la situación de Malachiasz. Se podría decir que me ha enganchado más el salseo.

Aún así, me ha gustado ver cómo se amplía el conocimiento sobre los dioses y cómo Nadya se replantea muchas cosas; tiene una especie de crisis de fe y a nivel personal, se debate entre a lo que debe hacer frente y lo que quiere hacer realmente, y esa dicotomía me ha resultado muy interesante.

En general, una segunda parte que no me ha gustado tanto como la primera, pero que aún así he disfrutado y me ha dejado con ganas de más.

Es un libro difícil. No puedo comenzar sin decirlo, porque habrá a muchos que no les guste y con razón, porque creo que no es para todo el mundo.
Es más místico y profano que el primero, se mete mucho más en la lucha de poder entre dioses, entre humanos y la lucha que uno tiene consigo mismo.
Y eso también es lo que lo hace tan bueno. Me ha gustado muchísimo y me ha encantado su evolución. La evolución de la trama y la de sus personajes, que tanto maduran y que vuelven a caer una y otra vez en lo de siempre.
Estoy deseando leer el tercero