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Crítica de Celia_0504


Celia_0504
26 October 2021
La dama de las camelias” es una de esas historias de las que todo el mundo ha oido hablar y sabe como va a acabar; en parte a toda la leyenda que rodea su redacción, y en parte por el personaje en que se inspiro la protagonista, y por su influencia en el mundo de la opera y el cine. Y es que es un libro que se puede definir como DRAMA en mayusculas, de esos que no dejan indiferentes a nadie. Yo intente leérmelo hace muchos muchísimos años este libro, pero en su momento me resulto demasiado pesado y lo deje parado. Cosa que ahora no me ha pasado, y no entiendo como pudo ser. Me ha parecido un libro muy bien escrito, con una narración que fluye fácilmente , diálogos ágiles y bien hilvanados y que se lee con tanta facilidad como placer.

El personaje de Marguerite Gautier tiene una presencia que preside toda la trama, y no solo por ser la protagonista y por dar titulo a la obra. Desde el inicio el autor encauza muy acertadamente la trama a la fascinación que ejerce esta mujer en la mayoría de personajes que aparecen, y pronto el lector vera que tiene todo el sentido. Hay algo fascinante en la historia y tragedia de la campesina que se abre camino en Paris hasta llegar a lo más alto, admirada y codiciada por todos los hombres y rodeada de todos los lujos que pueda desear; excepto el de amar y ser amada por si misma, para perder ese amor una vez que lo encuentra. Puede parecer una biografía literaria muy tópica, pero con Dumas gana una dimensión realista y conmovedora que traspasa todos los cliches y criterios previamente concebidos, gracias a la sensibilidad ,realismo y compasión con la que el escritor la relata y que luce con toda su crudeza en la página finales, que se leen con el corazón henchido de pena.

Su carácter es, sin duda alguna, el mejor definido y, por tanto, el más realista, demostrando que ,como les pasa a muchas de las grandes heroínas de la literatura del siglo XIX, está muy por encima de todos los que la rodean, y con una personalidad con la que el lector puede empatizar fácilmente. Mucho más que con la de su amante y enamorado, Armand Duval, que podrá quererla mucho, pero en ningún momento del libro me ha parecido que este a la altura de su amante por su inmadurez y egocentrismo. Aunque ambos están claramente inscritos en los patrones de la literatura romántica, Marguerite, con su orgullo, sensatez, inteligencia, cinismo y generosidad, sale mil veces mejor parada. Armand puede ser el narrador de la mayor parte de la historia, si, pero llega a resultar un personaje denso y aburrido, con sus quejas, sufrimientos y dudas. No lleva su tragedia tan bien como Marguerite la suya, con una dignidad y brillantez que traspasa las lineas de la novela, incluso en sus momentos más bajos.

A ellos les acompañan una serie de secundarios que , aunque no pueden caer al lector bien del todo, lucen con fuerza propia , especialmente el de Prudence. Todos ellos permiten ilustrar el mundo del Paris decimononico, un mundo de luces, fiestas y amoríos que esconde y tapa tragedias y dramas, donde no todo es tan bello como aparenta y que al final resulta frívolo, vacío y, sobre todo, cruel. Aquí resulta acertada e interesante (y realmente avanzada para su época) la defensa que hace Alexandre Dumas Hijo, de las prostitutas y de lo miserable que pueden llegar a ser sus vidas por la falta de amor y cariño verdaderos; la amenaza de caer en el olvido cuando envejecen; y la soledad , prejuicios y desprecio que les dedican sus amantes y la sociedad en general.

A medio camino entre el más crudo realismo y el más puro romanticismo “La dama de las camelias” es una historia muy triste y conmovedora. Que el lector no se quede solo con lo de que es una historia de amor donde aparecen sentimientos desaforados que pueden rozar lo cursi, es mucho más que eso, un canto a lo malos que pueden ser los prejuicios, y a la tristeza de situación de las prostitutas. Si tengo que ponerle un pero a esta novela es los tiras y aflojas por los que pasa la relación de la pareja principal en sus inicios, que me aburrieron un poco. Pero no tanto como los dramas de Armand, que me ha parecido un personaje de lo más ridiculo a veces, que le da a la obra una dimensión patética y empalagosa mayor de la que necesitaría. Pero la enormidad de Marguerite, uno de los mejores personajes femeninos de la literatura, y el buen hacer de Dumas (que se nota que vive lo que escribe) salvan con creces este libro.
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