El eterno marido: CLXXI

Esta es una novela corta que se lee con avidez y mantiene al lector en constante intereses, curiosidad y expectativas de saber qué sucede, qué sucederá al final y cuáles son las motivaciones principalmente de uno de los personajes.
La trama está construida sobre la extraña, contradictorio y cargada de ambigüedades relación que se forma entre Trusotskii un hombre que hace poco quedó viudo y Veltchaninov que fue amante de la mujer del primero. A veces parece que el marido engañado lo sabe todo y que juega con el otro hombre como un gato con su presa, en otras pareciera que este hombre está en la total ignorancia y que es el más ingenuo y confiado de los hombres. Trusotskii es un hombre con un comportamiento que llega a ser absurdo, ridículo bastante molesto e incluso desesperante
Por su parte Veltchaninov ha derrochado su fortuna, perdido su buen nombre y que avergonzado se a alejado de sus antiguos conocidos y camaradas, estos dos hombres desarrollan un vínculo bastante inusual e incluso algo dependiente.
Se alejan se repelen y al mismo tiempo se buscan se puede decir que hasta se necesitan.
En Trusotskii hay incluso una actitud casi de sumisión tanto hacia la que fue su mujer, es un eterno marido, que parece necesitar una mujer a la que adorar, aunque está esa adoración la vea como una debilidad y falta de carácter. Es casi como si en aquel que fue amante de su mujer buscará seguir estando cerca de ella, si hasta parece que admira, respeta y envidia al hombre que lo hacía cornudo, pero también a veces sentimos que lo odia y lo desprecia, pero tal vez a quien odia y desprecia es así mismo.
En medio de estos dos hombres se encuentra la pequeña Liza, una niña que sufre y es mal atendida por su padre legal, pero de la cual nos queda la duda de si es hija de Veltchaninov o de otro de los amantes de su madre.
Personajes complejos y con diversas caras y matices, y profundidad sicológica de varios capaz, no se espera menos de Dostoyesvski y no defrauda
La novela está llena de momentos trágicomicos, absurdos, desesperantes e incluso cargados de una ironía que se mantiene hasta el final.
Es también una novela ligera, no por su falta de matices y complejidades que las tiene, si no porque se lee con atrapante facilidad, el lector no la quiere soltar porque necesita saber, necesita aclarar dudas y tomar tribuna ver qué sucede, en que acaba esta situación tan disparatada.
Hay algo en Dostoyesvski, en su literatura que nos permite ver el fondo del alma humana, que nos hace reconocer lo más profundo del comportamiento de las personas, motivaciones que incluso se esconden de si mismas.
Y no creen que aunque muerta la esposa infiel no está presente, lo está, en la actitud de Trusotskii de insistir en cumplir su rol de viudo, en los recuerdos de Veltchaninov, en el desamparo de Liza.