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Crítica de AGamarra


AGamarra
28 October 2020
"¿De qué soy culpable ante ellos? ¿Para qué voy a ir allá? ¿Qué voy a decirles? Todo esto es tan sólo una alucinación... ellos mismos degüellan a millones de seres, y todavía se consideran virtuosos"Me gustó mucho este gran clásico que definitivamente lo es no tan sólo por el contenido sino por el modo que está escrito y estructurado aunque hay detalles desde luego que no me gustaron. Gracias a Dios mi edición tenía una lista antes de empezar de los principales nombres de los personajes rusos que son insufribles. Aún con eso uno se enreda y creo que nunca me acostumbraré a la manera cómo se llaman entre ellos y el nudo que hace en mi cabeza. Por eso prefiero "a la antigua" cuando se les traducía los nombres incluso al español.Desde luego lo comparé bastante con "Rojo y Negro" de Stendhal al ser éste mucho antes precursor de un tipo de personaje que para mí debe haber influido en Dostoyevsky de alguna manera, pues todos los realistas rusos asumieron mucho estilo del francés romántico y realista que realmente fueron los que marcaron la pauta en ese estilo de todo el siglo XIX. El mismo Dostoyevsky se dedicó a traducir a algunos autores franceses al ruso y es innegable la influencia. Raskolnikov es un personaje muy bien construido y aunque uno de los detalles que más me aburrió o molestó fue que se pasaba la mitad de la novela en estado febril, sus monólogos no tienen pierde, me hizo recordar "Demian" de Hesse y vaya que uno le cree y sobre todo aterrizas más con Rodia que con Demian, por lo menos entiendes mejor sus impulsos y su contexto, no es tan filosófico pero qué más explicativo que la misma vida de Rodia. Siempre supe el argumento desde colegio y aunque siempre quise "justificar" muchas cosas de la novela al leerla la verdad no se terminan justificando muchas cosas, pero lo que sí está bien plasmado es el pensamiento de Raskolnikov. Es un tipo que a diferencia de Julián (quien más que todo es ambicioso y aspira a una vida superior) odia a todo el mundo, de hecho tiene muchos rasgos psiquiátricos de ensimismamiento, falta de contacto social, abandono, depresión y un largo etcétera. Hay una frase casi calcada de "Rojo y Negro" cuando ambos personajes dicen algo similar: "no soy grande (soy piojo) porque yo mismo me lo pregunto". A pesar de creerse superior sin embargo Rodia vive en un estado febril y enfermizo por lo que de ninguna manera lo es y él mismo lo sabe. "A algunos de sus condiscípulos parecía, en verdad, que los miraba cual si fuesen niños, por encima del hombro, como si a todos los sobrepasase, tanto por el talento como por el saber y las ideas, y considerase sus convicciones e intereses como algo inferior"Pero sí disfruté mucho sobre todo de sus monólogos donde se mostraba más filosófico, razonable y hasta perverso, pero tiene grandes frases; mas bien en su interacción con las demás personas está totalmente desbocado aunque por momentos aparezcan destellos de lucidez y humildad.Algo que sí me sorprendió fue que hablara frecuentemente de Napoleón, eso sí no sabía, igual Julián habla de él, pero en el caso de Rodia no parece ser una admiración real y tangible sino una justificación de su moral, un desperfecto si se quiere decir, un asesino y un transgresor. "El verdadero dominador (Napoleón), al que todo le está permitido, bombardea Tolón, asuela París, olvida a su ejército en Egupto, derrocha medio millón de soldados en la retirada de Moscú y sale del paso con un retruécano en Vilna; y todavía, después de muerto, le levantan estatuas... Según parece, todo le estaba permitido. ¡No; esos seres, por lo visto, no son de carne y hueso, sino de bronce!"Me dio bastante gracia lo de la utilidad. Es un concepto que también en Stendhal se consideraba algo terrible, la gente que sólo ve "lo útil" pues yo muchas veces le he ido por ahí en cuanto a decisiones. Pues Rodia también es muy práctico y cree en ese concepto firmemente por sobre todas las cosas. Luego están muchos personajes, no son a mi parecer "tipos" ejemplificantes de su época, tenemos a un comisario, a un secretario, Etc que sin embargo no me llamaron en lo absoluto la atención, a pretendientes mayores o menores, y bueno en sí a la familia de Raskolnikov que quizás más que todo giran en torno al personaje principal. Ni siquiera Sonia me llegó a llenar demasiado los ojos como personaje aunque sí Dostoyevsky llega a tener niveles de cotidianidad cuando hace interactuar a Razumijin, Dunia, la madre de Raskolnikov, Etc. Cuando entraba en esos niveles, se alejaba de lo filosófico, de la descripción demasiado científica de los trastornos mentales, también me gustó bastante. Desde luego el gran amigo de Rodia Razumijin gana muchas simpatías por su estilo desenfadado y su gran preocupación por su amigo, un ejemplo de amistad y de sensatez ante la terrible tragedia que desde el primer momento de la novela se avecina.También la descripción de la pobreza aunque sólo con la familia de Marméladov realmente la sentí mejor descrita me agradó y desde luego horrorizó algunos desenlaces de los personajes. En cuanto a Sonia lo que más me gustó sin duda fueron los dos diálogos grandes que tuvo con Raskolnikov, más que todo porque era una lucha constante entre ambos, una tensión entre el crimen y la religión, el trato que le da él a ella es bastante duro y áspero pero se armoniza perfectamente con lo que realmente es. Si hubiera cambiado demasiado pues hubiera sido poco creíble y raro en la atmósfera de la novela.He tenido grandes ratos de aburrimiento sobre todo cuando Svidrigailov y Porfirii Pétrovich hablaban, creo que son personajes que no aportan demasiado en cuanto a descripción de caracteres, en la historia sí desde luego, pero como personajes no les veo mayor sentido. A pesar de eso una estrella más por el personaje de Rodia muy bien llevado y por la gran estructura de la obra.
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