La luz que no puedes ver

Novela histórica ambientada en la Segunda Guerra Mundial.

El libro está compuesto por 13 partes, cada una en una fecha determinada y con las que juega el autor para hacernos viajar en el tiempo continuamente adelante y atrás.

Compuesto por capítulos cortos nos va intercalando la historia de Marie-Laure en Francia y la de Werner en Alemania.

Es una historia muy dura, redactada de manera tan estupenda que en ningún momento se me ha hecho pesada y que me ha tenido con un nudo en la garganta durante las más de 600 páginas que lo componen.

Durante prácticamente todo el libro me estuve preguntando que relación había entre un personaje principal y otro. No fue hasta casi la parte final del libro que lo descubrí. Así que si os decidís a leerlo tened paciencia y disfrutad de la historia porque la relación entre ambos personajes tarda en llegar, pero llega

Marie Laure, ciega desde su infancia vive en París, cerca del Museo de Historia Natural, donde trabaja su padre como cerrajero mayor. Marie Laure es un ejemplo de superación. Su padre le hace una maqueta en miniatura de todas las calles cercanas a su casa para que pueda moverse con seguridad y no perderse. Es un alma inquieta. Se interesará por todo lo relacionado con la temática del Museo. Además, leerá, en braille a Julio Verne con el libro de” Las veinte mil leguas de viaje submarino”, que le entusiasma.
Pero llega la segunda guerra mundial, y con el desembarco de los alemanes en Normandía, huyen a Saint- Malo, donde vive el abuelo de Marie Laure, llevándose consigo por orden del director, una joya del museo, muy codiciada, para preservarla de los saqueos.
Paralelamente, Werner, un chico alemán vive, en un pueblo minero, en un orfanato, junto a su hermana pequeña, sabiendo que su destino es trabajar en las minas. Pero su afición a las radios hará que cambie el rumbo de su vida. Consigue arreglar una radio, se le da bien es un manitas. En las noches largas en el orfanato, escuchan la radio y oirán una voz en francés, que será el nexo entre los dos protagonistas.
Los alemanes llegarán a San Malo y Werner, ese niño, que ingresará en una escuela militar se ganará con su pericia, la confianza de sus superiores y será el encargado de las telecomunicaciones. Conocerá a Marie Laure y les unirá la voz que escuchó Werner en su infancia: era la voz del abuelo de Marie Laure.
Es una novela ambientada en la guerra, sin poder obviar las desgracias que acarrea, el relato se centrará en la historia en sí y como la viven los protagonistas.
La historia relatada en capítulos cortos va alternando tiempo y lugares de los dos protagonistas, pero no pierde el hilo.
Una novela tierna, en la que uno puede recorrer y palpar con Marie Laure la maqueta; en la que uno puede imaginarse a Werner desmontando y volviendo a montar las radios.
También está el misterio de la piedra, por la que el padre de Marie Laure pasara malos tragos para no ser descubierto.
Es una novela adictiva pero lentamente, sin prisas con esa prosa sencilla y poética, en la que te deja descubrir por ti mismo, las sensaciones y los sentimientos de los personajes.
Recibió el premio Pullitzer de ficción en el 2015

Si te ha gustado La ladrona de libros, este libro es para ti. Puede que la parte central del asedio se extienda demasiado, pero eso mismo contribuye a aumentar la tensión y la emoción del final.
El libro narra las historias de Werner, un huérfano alemán de altas capacidades al que le gustan las radios; y Marie-Laure, una chica francesa que se queda ciega y es cuidada por su padre. Ambos desde un primer momento son niños con una infancia más o menos rota porque han perdido elementos fundamentales para poder crecer felices. Se alternan los capítulos sobre uno y otro y sus destinos, como es de esperar, se cruzan de forma muy significativa.
El espacio se vuelve especialmente importante porque conocemos la ciudad de Saint-Malo sin verla en persona y con los cinco sentidos. Me entraron muchas ganas de ir a Saint-Malo. También me da mucha pena todo lo ocurrido en la guerra y ese sentimiento de culpa que le queda a los alemanes, como un pecado original. Me ha gustado que los dos, el niño alemán y la niña francesa se igualasen como víctimas de la misma situación trágica.
Todos los libros de esta temática son desgarradores y este también. Su estilo es el correcto y al final, hay algunas metáforas que me han hecho conmovido hasta hacerme llorar.

A mí personalmente me ha encantado el libro y me parece una gran elección por parte del autor hacerlo en una época que tenemos tan reciente. Muestra una serie de valores increíblemente gratificantes y nos proporciona una lección sobre cómo deberíamos ser todos los seres humanos.

El lenguaje es culto pero su comprensión es sencilla, tiene alguna que otra frase en alemán y también en francés con su respectiva traducción lo que te permite adentrarte mejor en la historia. A ratos se puede hacer bastante largo y monótono pero siempre tienes esa incertidumbre que te hace querer saber qué pasa después.

Posee descripciones detalladas y abundantes junto a una perspectiva que no todos los autores son capaces de proyectar. Este libro es tanto para jóvenes como para adultos ya que cada vez que lees este libro te produce emociones y sensaciones diferentes ya sea por el paso del tiempo y así mismo el aumento de madurez o por otros factores que desconozco ya que a mí, la segunda vez que lo leí, gracias a que el paso del tiempo te hace adquirir nuevos conocimientos, me produjo mayor impacto que la primera vez.

Recomiendo este libro a todo tipo de lectores sean o no fans de los libros que traten de temas históricos pues yo no soy fan de este tipo de libros y esta novela me enamoró completamente.

La luz que no puedes ver es un libro de ficción histórica ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Es una historia narrada a dos veces: la de Werner, un chico que vive en un orfanato en Alemania, y la de la joven Marie-Laure, una chica ciega que vive con su padre en París. La guerra los golpea en plena juventud y veremos cómo con el tiempo, sus caminos están destinados a cruzarse.

Es una historia entretenida y bien construida. Si estáis acostumbrados a leer libros ambientados en la Segunda Guerra Mundial, quizá se os quede algo corto ya que no aporta mucha novedad. Sinceramente, no la veo una novela como para ganar un Pulitzer, pero tiene su enganche. La narración es bastante ligera por lo que se lee rápido a pesar de su extensión.

A mí me ha gustado bastante, pero es cierto que me pasé casi toda la novela esperando a que se cruzaran los dos protagonistas y esto ocurre casi al final. Además, el autor le dedica muy pocas páginas a esto y me dejó con ganas de más. El desenlace se desarrolla demasiado rápido y siento que hay cosas que necesitaban más dedicación.

Lo mejor para mí ha sido la ambientación y las descripciones del día a día de los personajes así como los elementos principales en los que se centra esta historia de guerra: la radio y las piedras preciosas.

¡Ver esta noticia me ha emocionado un montón! ¿Alguna vez has leído un libro e inesperadamente te enteras de la noticia de su película? Pues esto es lo que me ha pasado un día de estos al ver las novedades de Neftlix.😊

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La luz que no puedes ver, de Anthony Doerr es una historia de narrativa histórica ganadora del premio Pulitzer en el año 2015. Sigue a dos personajes.

Marie-Laure es una chica judía ciega quien a los doce años ve su vida truncada por la llegada de los nazis a París, lo que la obliga a huir con su padre a la ciudad amuralla de Saint Malo. Su padre es un trabajador del Museo de Historia Natural y con ellos se lleva la joya más importante del del lugar.

Werner es un huérfano que vive en un pueblo minero de Alemania junto a su hermana pequeña. Werner tiene un talento innato para las radios y pronto los ojos del régimen se posan sobre él. Alistado en el ejército, el destino lo lleva a la misma ciudad donde se encuentra Maria Laure, justo el día antes de la liberación de este lugar.
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¿Están nuestros protagonistas condenados a ser enemigos? ¿Qué ocurrirá cuando sus destinos se encuentren?

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Llevaba bastante tiempo queriendo leer este libro, y por fin me decidí. Descubrimos la historia de Marie-Laurie y Werner. Ella es una chica francesa y ciega que vive con su padre que la ayuda conocer todo Paris, aprendiendo las calles de memoria para poder orientarse sola por la ciudad. Él es un joven alemán que tiene un gran don para los aparatos electrónicos, lo que pronto le consigue una plaza en una academia de formación militar.

Marie-Laurie lleva toda la vida acompañando a su padre a su lugar de trabajo, el Museo de Historia Natural de Paris, donde se esconde una joya muy importante que nadie puede asegurar que se encuentre allí ya que lleva años escondida en los rincones más recónditos del museo por una maldición. Cuando los nazis ocupan su ciudad, Marie-Laurie y su padre tienen que huir, pero se llevan la preciada joya con ellos.

Durante todo el libro, los capítulos van alternando entre la perspectiva de Werner y de Marie-Laurie, contándonos prácticamente toda su vida, desde muy pequeños hasta sus últimos momentos. Sus caminos no se cruzan hasta prácticamente el final del libro, una de las partes más conmovedoras e inspiradoras de la historia.

Un libro totalmente recomendable que todo el mundo tiene que leer.

-Ali
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La luz que no puedes ver narra la historia de Marie-Laure, una joven ciega francesa, y Werner, un huérfano alemán con un talento excepcional para la ingeniería durante la Segunda Guerra Mundial. Sus vidas se entrelazan de manera conmovedora en medio del conflicto.

Es inevitable transportarse mientras lo estás leyendo a esos oscuros días de la guerra y a la belleza de Saint-Malo, la ciudad costera francesa donde se desarrolla gran parte de la historia. La narrativa juega con la luz y la oscuridad, tanto literal como metafóricamente, lo que agrega profundidad a la trama.

Con capítulos breves y alternados, el autor crea una historia que explora temas como el amor, la pérdida, la redención y la humanidad en tiempos de conflicto. "La luz que no puedes ver" es una novela emocionante y conmovedora con momentos muy duros y turbios pero que aún así, merece la pena leer y su final creo que no puede ser más acertado!.

Enmarcando la historia en el conflicto de la segunda guerra mundial, el autor crea personajes entrañables con capacidades y talentos sobresalientes, pero sin dejar de ser personas del común, que nos permiten acercarnos a este evento histórico desde puntos de vista diferentes, como el de un niño alemán apasionado por la ciencia, que elevo su imaginación gracias a la voz de un francés que logro captar en su radio casera, lo que determinaría su papel en la guerra.
Una niña que muy joven pierde la visión quedando limitada en un mundo hostil en el que los bombardeos aéreos no discriminan a sus víctimas, pero sabiamente adiestrada para subsistir por un padre abnegado que no solo inculca en ella una fortaleza superior, también una pasión y amor la lectura de un soñador como Julio Verne.
Con un lenguaje cercano a la poesía, pero de gran sencillez nos vemos envueltos en la vida de los protagonistas, en los cambios que la guerra produce en sus territorios, en sus vidas, y en su forma de relacionarse, teniendo como elemento de unión a la radio, tanto en su uso como arma de guerra, como en medio de conexión entre los dos pequeños hijos de naciones rivales.
Aunque disfrute el libro y guste mucho de la forma en que el autor logra hacernos vivir la guerra como personas de a pie que viven en un pueblo fortificado a la orilla del mar, que sufren el flagelo del conflicto viendo morir a sus seres queridos, recorriendo eventos como la creación de los campos de concentración, las juventudes nazis, los focos de resistencia, pero sin ponerlos bajo estos nombres, solo plasmándolos como partes naturales de la historia; puede que algunos lectores no logren conectar con su narrativa por la excesiva e innecesaria extensión de la obra, por el empeño en hablar de un objeto que aunque determina el actuar de algunos personajes no tiene la importancia que busca dársele.

La novela comienza en Saint-Malo, un cantón de la Bretaña francesa que está bajo dominio alemán, y, más concretamente, el día 7 de agosto de 1944 cuando se produjo el bombardeo masivo al que fue sometida la ciudad para proceder a su liberación por parte del ejército estadounidense. Saint-Malo fue una de las fortalezas portuarias que, junto a Brest, Chesburgo, La Rochelle, le Havre y otras más, conformaba parte del denominado Muro del Atlántico (una serie de puntos estratégicos que tenían como misión impedir la invasión de Europa por parte de las tropas aliadas procedentes de Gran Bretaña).

Así es como conoceremos a Marie-Laure y a Werner en los días previos al bombardeo, dos jóvenes para los que la vida no ha sido nada fácil y menos en tiempos de guerra, sin embargo, Doerr nos retrotrae a años anteriores para que les conozcamos siendo niños de seis y siete años.

Por un lado, Marie-Laure vive en París junto a su padre Daniel -encargado de las llaves del Museo de Historia Natural- y se queda ciega a la temprana edad de seis años. Aprenderá, gracias a las reproducciones a escala que construye su padre de la ciudad, a desenvolverse por las calles, los jardines y galerías del museo como lo hacía cuando podía ver pero todo su mundo cambiará cuando los alemanes ocupen París. Padre e hija se ven obligados a huir a Saint-Malo donde vive Etienne, el tío abuelo de Marie-Laure al cual no conoce. Allí tendrá que volver a empezar de cero a conocer la ciudad –volverá a ayudarla la nueva maqueta que construye su padre-, sus rincones, olores así como a su tío abuelo y a Madame Manec.

Por otro lado tenemos a Werner, un huérfano que vive con su hermana Jutta en el orfanato que dirige Frau Elena junto a otros niños que han perdido a sus padres y cuyo destino es trabajar en la mina de Zollverein en cuanto cumplan quince años. Sin embargo, Werner no es como los demás chicos de su edad; es muy inteligente así como capaz de reparar y crear cosas, entre ellas, arreglar viejas radios con la que él y su hermana escuchan un programa de ciencias para niños emitido desde Francia. Esa habilidad reparando radios y emisoras le llevará a cambiar su destino cuando es enviado a una de las escuelas más prestigiosas de Alemania.

A partir de aquí iremos viendo la evolución y el devenir de ambos personajes así como de los secundarios que los rodean porque éstos también tienen relevancia a lo largo de todo el libro. Sus historias se irán intercalando hasta que llega el inevitable momento en que las vidas de Marie-Laure y Werner se encuentran.

El cómo y porqué os dejo que lo descubrías vosotros pero desde ya os digo que es una historia que merece mucho la pena y que no os eche para atrás el tema de la II Guerra Mundial ya que no es la típica historia donde se hable de la masacre a la que fueron sometidos los judíos o de los campos de concentración. No os voy a negar que hay pasajes duros a los que nadie debería enfrentarse pero tampoco son demasiados ni el autor se recrea en ellos.

La luz que no puedes ver es una historia diferente; muy bien narrada, con un estilo impecable pero sin artificios que te envuelve desde las primeras páginas con unas buenas descripciones, trasladando al lector a cada uno de los lugares donde trascurre la acción y donde la abundancia de diálogos y los capítulos cortos hacen que las más de seiscientas páginas pasen sin que te des cuenta.

Otro punto a su favor son los personajes, todos y cada uno de ellos están muy bien definidos y es inevitable no terminar cogiéndoles cierto cariño. Aunque Marie-Laure y, sobre todo, Werner dejan poso no puedo dejar de destacar dos personajes que para mí han sido maravillosos: el tío abuelo Etienne y Madame Manec. Etienne es un hombre que vivió la Gran Guerra y desde entonces no ha sido capaz de volver a salir a la calle, sus miedos y recuerdos le vencieron hace tiempo y sigue anclado en el pasado pero las circunstancias, así como Marie-Laure, le obligarán a recuperar el dominio de sí mismo. Madame Manec es más que una empleada del hogar, es una madre para Etienne, Marie-Laure y todo aquel que la necesite, una mujer que hace maravillas en su cocina con los pocos ingredientes que tiene, siempre dispuesta a escuchar y a ayudar y hasta se convertirá en cabecilla de la resistencia de un grupo de señoras.

Respecto al final sí que puede resultar un poco predecible pero tampoco lo cambiaría ya que, desde mi punto de vista, es el idóneo puesto que otro sería demasiado forzado y de esta manera no quedan flecos sueltos.

Una historia emotiva y, como decía anteriormente, diferente sobre la II Guerra Mundial que merece la pena ser leída y que ha sido galardonada con el Premio Pulitzer, entre otros. Si os animáis a leerla permitirme una pequeña recomendación: recorrer las calles y lugares –ya que son reales- con Google Earth pero viéndolas desde las perspectivas de los personajes y la época en la que está ambienta la historia y la disfrutareis mucho más. Tal vez sea demasiado frikie pero, como dijo Emily Dickinson, “Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”.

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