Una historia simpática, aunque tiene detrás una realidad bastante dura en realidad. En este cómic descubrimos un videojuego de Fantasía de mano de una adolescente gamer y de como se adentra en los juegos en línea. A partir de esto, descubre que los videojuegos, al tener moneda propia, pueden trasladar esta moneda a la vida real y que en algunos países, cómo en China, es un práctica habitual el cambiar el dinero del juego por dinero real. Es un cómic que auna videojuegos y economía, algo que no había visto antes, aunque sí que era conocedora de a los extremos que puede llegar esta práctica. Por otro lado, la historia queda algo superficial al final y el apartado gráfico no es muy de mi gusto, aunque se adapta bastante bien al tema que trata. |