Madres y camioneros

Madres y camioneros es un libro de relatos sorprendente y original. Lo primero de todo, por la narración de cada relato, en el que no existen los diálogos, ya que lo que estamos leyendo son más bien monólogos en la cabeza de las cinco mujeres protagonistas de cada uno. Quizá por esto, a veces la lectura se me ha hecho un poco pesada, porque a veces alguna de ellas daba vueltas al mismo tema una y otra vez, pero esto no deja de aportar realidad a cada relato, ya que el pensamiento humano es así de caótico.

También me ha gustado el hecho de que cada relato tenga por protagonista a una mujer diferente, ya que así he podido ver diferentes puntos de vista, diferentes personalidades y pensamientos escritos por una misma persona. Que una escritora consiga reunir cinco personajes con tanta profundidad en un mismo libro me resulta abrumador y digno de aplauso.

Un nexo común entre esta cinco mujeres, además de que odian su vida, es que tienen unas madres controladoras y atentas al menor movimiento por parte de sus hijas. En general da como resultado una atmósfera agobiante que se repite en cada relato, menos, en mi opinión, en el último, en el que considero que a la madre no le falta razón para vigilar a su hija, aunque sea mayor de edad. Normalmente, en literatura se retrata la figura de la madre como un ser de luz, una persona amable y en la que confiar plenamente, por eso me gusta que en algunos libros, como es el caso, también aparezcan madres desagradables y controladoras, porque en la vida real existen.

Por último, he de decir que en mi opinión hay un exceso de sexo en el libro que no me parece necesario, pero supongo que irá en gustos. Este exceso de va abriendo camino según avanza el libro, para acabar con un último relato repleto de sexo, del sucio. Aún así, este relato me ha parecido original y diferente, pero confieso que no me gusta demasiado este exceso, como muchos otros, dentro de un libro.

Un libro de relatos original que entretiene y sorprende a la vez.