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Jenny Diski tenía una de esas cabezas pensantes que son incapaces de no replantearse las cosas. La gusta suscitar debate, analizar el entorno. Pensar. Hacerse preguntas. Hoy les ha tocado a los animales, así, en general. Pero éste es un tema tan amplio que... ¿Por dónde empezar? Por el principio, claro. Su primera reflexión tenía que ser sobre la infancia, los niños, el por qué nos gustan tanto los peluches y estos suelen ser representaciones de animales. Seres mudos como ellos. Seres a los que consideran iguales, a los que ponen nombres, cogen cariño y hasta hablan. Después llegan los dibujos animados, que una vez más suelen ser animalitos entrañables. ¿Por qué de niños parece que los animales nos resultan la forma de vida más cercana, como si los adultos fueran extraterrestres? En serio, pensadlo. En los cuentos, en las películas de Dr Dolittle y compañía... los animales parecen la mejor forma de acercarse al corazón de un niño. ¿Por qué algunos adultos se olvidan del alma de los animales, ese que en tantos momentos de su infancia fue su mayor refugio? Posteriormente, llega la crítica. Jenny nos habla de formas de explotación animal y vulneración de sus derechos (Que los tienen, digan lo que digan): Zoológicos, circos, espectáculos televisivos... hasta de los documentales, porque quieras o no ella no busca hacer sangre, sólo reflexiona sobre cada choque entre especies y el efecto que causa. Para ponerse más seria ya tiene otros temas: En algunos capítulos roza la etología, el conductismo, la sociobiología. Y para ser más amena, nos cuenta sus experiencias en primera persona: Asistir al parto de una oveja en una granja, expediciones por Kenia para proteger a los elefantes. Todo con una claridad de lenguaje envidiable, sin complicaciones, sin meterse en camisa de once varas porque lo que ella intenta es hacerse entender, no volvernos majaretas. Otro tema a tratar son las conductas negativas. Sí, un "animal" es siempre alguien salvaje y violento, como si ellos fueran incapaces de manifestar nobleza o bondad. de hecho, se han descubierto primates con un orden moral envidiable. Y no hay más que mirar a los perros para ser testigo de su gran corazón. ¿Por qué entonces el comportamiento "animal" se entiende como algo negativo? Pero también ahonda en temas menos peligrosos como pueden ser los memes, esa moda tan reciente practicada sobretodo por los amantes de los animales, de amor, de aparente inocencia. Porque seamos sinceros, cuando te miran con esos gigantescos ojos tan brillantes... ¿Quién no caería rendido? ¿Quién no lo querría tanto que hasta llegaría a tenerlo consentido? Y el exceso de amor es otro peligro, podemos terminar administrando a nuestros amigos animales unos cuidados que no necesitan. Todo esto y más tiene su espacio y lugar en un libro donde abundan interesantes temas de debate, comentarios y anécdotas autobiográficas de la autora. A veces está bien pararse un poco, mirar tu entorno y darse cuenta de lo que está bien y lo que no. Qué es lo que me gustaría cambiar. Dónde empieza el cambio. Y éste es uno de esos libros, de los que no han perdido la fe por lograr un equilibrio donde nadie sea menospreciado, donde a todos se les escuche. Incluso a los mudos, sí. Y si sois capaces de tener sentimientos encontrados tras leer éste libro, si os produce algún tipo de reflexión o incertidumbre... entonces estáis en el buen camino. Enlace: http://elcuervodealasrotas.b.. |
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