Mi madre había desperdiciado su vida. No sabía si existían las vidas exitosas, ni siquiera sabía qué significaba algo así, pero sabía que una vida sin risas, sin alternativas y sin amor era una vida malgastada
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Mi madre había desperdiciado su vida. No sabía si existían las vidas exitosas, ni siquiera sabía qué significaba algo así, pero sabía que una vida sin risas, sin alternativas y sin amor era una vida malgastada
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Mi realidad se había desintegrado. Se había convertido en un vacío vertiginoso y sin salida, un vacío tan palpable que podía notar como sus paredes, su suelo y su techo se estrechaban a mi alrededor. Un pánico salvaje empezó a asfixiarme. Me habría gustado que alguien, un adulto, me cogiera de la mano y me llevara a la cama. Que devolviera las balizas a mi existencia. Que me dijera que habría un mañana y luego un pasado mañana, y que mi vida volvería a tener cara y ojos. Que la sangre y el terror pronto se diluirían. Pero no vino nadie. |
Tuve una imagen muy precisa de mí misma, sola en una playa frente a una ola de treinta metros. Mi fragilidad era desoladora.
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Me habría gustado que alguien, un adulto, me cogiera de la mano y me llevara a la cama. Que devolviera las balizas a mi existencia. Que me dijera que habría un mañana y luego un pasado mañana, y que mi vida volvería a tener cara y ojos.
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¿Cuál es el desayuno favorito de Eleven?