Este es un libro que llegó a mí de golpe, por recomendación de una amiga, apenas había escuchado nombrar a la autora y no sabía nada de ella. Pero menos mal que me animé a leerlo, porque fue una experiencia única. Noches azules es un relato autobiográfico en el que Joan cuenta lo que sucedió antes y después de la muerte de su única hija, Quintana. Y no, esto no es spoiler. Lo interesante de su narración es cómo va hilvanando diferentes pensamientos que se desprenden de lo que sintió en el momento. A pesar de tratar un tema inmensamente doloroso lo hace con un lenguaje simple, no sobra ni falta nada y no se convierte en un libro sensibilero. Creo que esta es una de las ventajas de la no ficción, de las autobiografías: el ir directo al grano sin darle vueltas innecesarias y artificiales. La autora demuestra claramente que envejecer significa ir sobrellevando (o no) distintos tipos de pérdidas: de amigos, de familiares, de la memoria, del poder sobre el propio cuerpo, de la autonomía, de las costumbres y hábitos que se mantenían desde joven y la peor: la pérdida de su hija. Hay culturas que consideran la muerte de un hijo antinatural, porque se supone que deben ser ellos quien entierren a sus padres y no al revés. Este libro lo explica así, pero en otras palabras. Sumando todos los elementos de esta obra, solo me resta decir que es hermosa y que recomiendo leer relatos autobiográficos, no tengo razón para recomendarlos, tal vez porque prefiero que el dolor sea real y no parte de una estrategia de marketing como en muchas novelas. |