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El sabio principio del socorro exterior es dar a los pobres precisamente aquello que no necesitan, para que, así, se cansen de venir.
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El sabio principio del socorro exterior es dar a los pobres precisamente aquello que no necesitan, para que, así, se cansen de venir.
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Es asombroso cómo la Virtud vuelve el rostro ante unas medias sucias y cómo el Vicio, si va unido a unos lazos y a una poca indumentaria alegre, cambia de nombre, como las señoras al casarse, y se convierte en romance.
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Estoy muy hambriento y cansado... He recorrido un largo camino. He estado caminando estos siete días
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Tenemos que tener cuidado con cómo tratamos a aquellos que nos rodean, pues cada muerte despierta, en el pequeño círculo de supervivientes, pensamientos de muchas cosas pasadas por alto y de muy pocas hechas, de muchas cosas olvidadas y de muchas más que podrían haberse arreglado, pues tales recuerdos estan entre los más amargos que podamos tener. No hay remordimiento tan hondo como aquel que es vano; si deseamos librarnos de sus torturas recordemos esto a tiempo.
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Las sorpresas, lo mismo que las desgracias, rara vez vienen solas.
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Mundo de desengaños el nuestro, que a menudo trunca nuestras más entrañables ilusiones, aquellas que más honran a nuestra naturaleza.
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Los sueños evocan a veces repentinos y lejanos recuerdos de situaciones que nunca fueron de esta vida, que se desvanecen como un soplo, que se diría despertó alguna fugaz evocación de una existencia más feliz largo tiempo pasada, y que ningún deliberado esfuerzo de la mente puede jamás volver a rememorar.
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Aquellos a quienes dediqué mi mejor cariño yacen en el fondo del sepulcro, pero, aunque la felicidad y el deleite de mi vida yacen enterrados allí con ellos, no he hecho un ataúd de mi corazón ni lo he lacrado para siempre dejando fuera mis mejores afectos. El dolor profundo no ha hecho sino reforzarlos y decantarlos.
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Su trama cuenta la historia de un hombre avaro y egoísta llamado: