El mundo que Jones creó

Todo el mundo conoce a Philip K. Dick y aunque el nombre no os suene seguro que las adaptaciones cinematográficas de sus novelas sí. Pero, personalmente, no había leído nada suyo directamente así que ya me he quitado esa espinita.

El mundo que Jones creó fue publicado en 1956, es una de sus obras tempranas que ya demostraba su gran habilidad y maestría para la ciencia ficción. Estamos en el futuro (los años noventa del siglo pasado), en una sociedad que ha sufrido una guerra y que tiene mutantes entre sus habitantes producto de esas guerras.

Es una sociedad que ha adoptado el relativismo en contraposición al absolutismo y el fanatismo religioso que les llevó a la guerra. En ella conocemos a Cussick, un agente de esa nueva sociedad, que tiene que investigar a Jones, un personaje extraño que es capaz de predecir acontecimientos con un año de antelación.

El personaje de Jones es fascinante. Las partes en las que conocemos su infancia, cómo ve el mundo a través de su don. Pero sobre todo la visión de su nacimiento antes de nacer y la visión de su muerte antes de morir… fue más que impresionante. Su ascenso político en ese mundo es una amenaza que nadie parece poder detener.

De forma paralela a Cussick y sus problemas maritales y a Jones y sus visiones también tendremos la historia de unos seres que van a ser enviados a Venus para su repoblación unido a la aparición de unos seres alienígenas. Y sí, aunque parezca imposible, todo encaja al final.

La verdad es que cuesta decir cuál de las tres líneas argumentales es más interesante porque todas tienen mucha imaginación y resultan fascinantes. Personalmente me quedo con la de los venusinos.

Me ha encantado la forma en que el autor crea un mundo totalmente especulativo y consigue explicárnoslo y que sea comprensible e, incluso, creíble. Sus personajes viven en un mundo muy alejado de la realidad que conocemos.

Sorprende mucho lo que imagina el autor para el futuro una vez que ya hemos pasado por esos años y nada ha resultado ser como en su visión. Pero en aquella época supongo que la amenaza nuclear les hacía temer lo peor.

Una lectura entretenida y provocativa que empuja a la reflexión sobre lo que ocurre en la actualidad con la imposición de ideas y conceptos religiosos. Me ha impresionado la capacidad imaginativa del autor y seguro que no será el último libro suyo que lea.
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